La pensión media de jubilación que cobran los autónomos en Castilla y León es un 29,86% más baja que la de los trabajadores que han cotizado durante su vida laboral en el régimen general de la Seguridad Social. Así se desprende de los datos estadísticos que maneja este organismo dependiente del Ministerio de Trabajo e Inmigración. La diferencia es todavía mayor a nivel nacional ya que los primeros cobran por término medio un 31,77% menos que los segundos.
A los autónomos que trabajan en Castilla y León les queda cuando deciden jubilarse una pensión media de 598,69 euros mientras que el colectivo de trabajadores por cuenta ajena viene a cobrar del sistema de la Seguridad Social una pensión media de 853,31 euros, es decir, 254,62 euros más.
Las diferencias a favor de los trabajadores que han cotizado durante su vida laboral en el régimen general son significativas no sólo en la pensiones de jubilación sino también en las de incapacidad permanente (47,83%), viudedad (28,72%), orfandad (8,62%) y favor familiar (18,62%). En definitiva, los autónomos castellanoleoneses salen perdiendo en el cálculo porque mientras que para ellos la prestación media, independientemente del concepto por el que la reciban, es de 546,44 euros, la de los que han cotizado en el sistema general se eleva a 758,51 euros.
En términos relativos, por tanto, la prestación media que un autónomo recibe de la Seguridad Social es un 27,95% menor que la que percibe un trabajador por cuenta ajena.
Pero las desigualdades también son relevantes entre las diferentes comunidades autónomas y, dentro de estas, en las distintas provincias. Los autónomos de la región son los quintos que menos cobran de España ya que tan sólo superan por ingresos por este tipo de prestaciones contributivas a los que residen en Asturias, Baleares, Canarias y Galicia. De hecho, la prestación de 598,69 euros mensuales que cobran los trabajadores por cuenta propia residentes en nuestra comunidad es ligeramente inferior a la media nacional, situada a primeros de julio, en 603,73 euros. En el otro extremo del ranking se encuentran los autónomos del País Vasco, que perciben por término medio 706,04 euros.
Volviendo a Castilla y León, la pensión de jubilación que cobra un autónomo que abandona su actividad laboral por razones de edad también fluctúa entre los 639,56 euros de Valladolid y los 562,134 euros de León. Entre esta horquilla se encuentran el resto: Segovia (628 euros), Salamanca (620), Ávila (615), Soria (607), Burgos (595) y Zamora (593). Y por sorprendente que pueda parecer, el ranking provincial no coincide si se analiza la jubilación de los trabajadores por cuenta ajena.
Entre este colectivo, los mejor retribuidos vuelven a ser los vallisoletanos con 1.000,73 euros, pero los peor pagados se encuentran los zamoranos (719,99 euros). Entre estos topes se mueven los burgaleses (889 euros), palentinos (874), leoneses (848), segovianos (816), sorianos (796), salmantinos (793) y abulenses (753).
Así las cosas, en lo único que coinciden las prestaciones que reciben los autónomos y los trabajadores que han cotizado en el régimen general es que han crecido en la última década. Las estadísticas confirman, por ejemplo, que en el año 2000, la prestación media que percibieron los jubilados castellanoleoneses que cotizaron en el régimen general fue de 508,15 euros. La misma prestación alcanza hoy los 853,31 euros, lo que supone una revalorización del 67,92%, aunque hay que tener en cuenta que para hallar la revalorización real hay que descontar el efecto de la inflación.
Sin embargo, se abre ahora un periodo de incertidumbre ya que es pronto para valorar cómo afectará la anunciada reforma del sistema de pensiones a los importes de las prestaciones. De momento, la congelación de las pensiones para el año que viene, salvo para las mínimas y las no contributivas, es la antesala de la anunciada reforma, que el Gobierno quiere que esté lista antes de que acabe el año.
La última propuesta del Ejecutivo pasa por aumentar a 20 años el periodo que se tiene en cuenta para calcular la prestación –ahora son los últimos 15 años cotizados- y elevar progresivamente la edad legal de jubilación de los 65 a los 67 años.