Seis de cada diez ciudadanos de Castilla y León opinan que la creación del modelo autonómico ha sido algo bueno para el desarrollo del conjunto de España y para todas las autonomías. En concreto, el 62 por ciento se posiciona en esta sentido, frente al 14 por ciento que considera que ha sido algo negativo. No obstante, si se compara el dato con el conjunto de autonomías se observa que Castilla y León ocupa el vagón de cola en optimismo, sólo por delante de Madrid (24 por ciento), Aragón (56 por ciento) y Asturias (60 por ciento). Entre las que observan el modelo con mayor aliento se encuentran Extremadura (81 por ciento), Navarra y Ceuta (78 por ciento), y Cataluña (77 por ciento).

Así lo pone de manifiesto el ‘Informe España 2010. Una interpretación de su realidad social’, elaborado por la Fundación Encuentro que, además de la opinión pública sobre el modelo autonómico, recoge aspectos como la Formación Profesional, las profesiones sanitarias, energías renovables, situación económica de las personas mayores y de los adolescentes que cursan la ESO.

El 45 por ciento de los encuestados opina que la gestión de los servicios públicos y oficinas de la administración funcionan igual que los de las autonomías, y sólo un 18 por ciento declara que lo hacen mejor y el 16 por ciento, peor. Si bien, las comunidades autónomas salen algo mejor paradas a la hora de evaluar los grandes objetivos en lugar de políticas públicas concretas, aunque hay diferencias por territorios. En Castilla y León, el 15,7 por ciento opina que el que mejor administra el dinero público es el Gobierno central, seguido por el Gobierno autonómico (12,7) y el ayuntamiento (10,5); mientras que un 19,1 por ciento observa que el Gobierno central es el que tiene funcionarios más competentes; el 12,9 por ciento, la Junta, y el 8,1 por ciento, los ayuntamientos.

A la hora de analizar el organismo que funciona de manera más transparente en Castilla y León ganan los ayuntamientos (14,4 por ciento), seguido por el Gobierno central (11,7 por ciento) y el autonómico (diez por ciento), al igual que ocurre a la hora de pronunciarse sobre la institución que más caso hace a las demandas ciudadanas, con un 25,3 por ciento en el primer caso, y un 8,6 y un 8,8 por ciento en los otros dos.

En el caso concreto del modelo autonómico, el estudio arroja que, en general, el porcentaje de los españoles que es favorable a la autonomía ha crecido de manera considerable desde 1976, cuando se situaba en el 39 por ciento, hasta el 56 por ciento de 2008, lo que supone un incremento de diez puntos porcentuales en la última década y de 20 en las últimas dos. Además, en general mejora la percepción del buen funcionamiento del Estado autonómico a partir de 2002, hasta el 50 por ciento, y aumenta la percepción de las diferencias de prosperidad entre comunidades. En este sentido, más de un tercio de los españoles piensa que el actual modelo ha contribuido a aumentar las diferencias, cifra que se situó en el 39 por ciento en 1998.

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