Somos muchas las personas que nos vemos obligadas a coger trenes y autobuses diariamente para ir a trabajar. Lo cierto es que de un tiempo a esta parte, cada vez es más recurrente el tema ‘cosas que odiamos en nuestros viajes’ entre aquellas personas que coincidimos en los trayectos casi diariamente. Oímos quejas sobre muchas cosas, alguna de ellas desternillantes y otras simplemente más quisquillosas. ¿Qué vamos a hacer si el pobre que llevas al lado se ha quedado dormido y ronca como un oso? «Tampoco lo vamos a matar», que diría mi madre.
Pues bien, hemos reunido cinco cosas que odiamos de estos viajes en autobús o tren. Lo primero, para hacer terapia con nosotros mismos e intentar que no se nos lleven los demonios cuando vivimos en primera persona estas situaciones. En segundo lugar para que tú, si eres de los que llevas a cabo estas prácticas, recapacites. No pasa nada, seguro que se puede cambiar. Y no olvidéis: no se trata de ser un hater u odiar a nadie, es cuestión de recordar algunas cuestiones de civismo que, incluidos a nosotros mismos, a veces se nos pueden llegar a olvidar.
1 -Por favor, no habléis a gritos. Nunca, jamás, pero menos en los autobuses de primera hora de la mañana. Nos encanta que os encontréis con vuestra amigui, vuestro compañero de la uni, trabajo, o con un ex al que hace mucho que no ves. Pero no nos importa ni lo más mínimo vuestra conversación, en serio. Premio ‘pesado del año’ para quien además se dedica a airear sus posturas políticas a las 7:30 am con medio autobús dormido. ¿En serio? Ídem para los que hablan por teléfono a gritos como si tuvieran que escucharles desde Zamarramala.
2 -Os lo suplicamos: los pies que habéis arrastrado durante todo el día por la calle, parques, aceras, calzadas, charcos y váyase usted a saber…se ponen siempre en el suelo. Que pongáis los pies en alto sobre los asientos es simplemente asqueroso. Por favor, tampoco lo hagáis en esa barrera ubicada en los asientos que hay junto a las escaleras traseras del autobús. ¿Es necesario que te veamos despatarrado/a?
3 -Respeta siempre a tus compis pasajeros, en un ángulo de 360º. Cuidado con darles codazos o con quitarles su espacio vital. Recuerda que en un autobús es bastante reducido. Pero sobretodo, ojo-cuidado con partirle las rodillas al que tienes detrás inclinando tu flamante asiento sin ningún tipo de miramiento. Aquí los altos tienen mucho que decir. Se rumorea de la existencia de un plataforma de afectados. En serio, no está mal que os pongáis cómodos, pero tened en cuenta siempre al pobre de atrás.
4 -La comida es un tema espinoso. Aunque en la mayoría de los trayectos se prohíbe el consumo de bebidas y alimentos, podemos pasamos por alto que haya quienes se encuentran en la ‘necesidad’ de comer un piscolabis en el autobús. Pero, ¿de verdad tenías que comer un bocadillo de chopped, mortadela, chorizo o un tupper de macarrones? (Basado en historias reales) Hombre, ya que vas a pasar por el Arco del Triunfo la prohibición de comer, procura ser más discreto y no atufar a todo el autobús.
5 -Respect con tu music, bro. Lo de llevar la música en altavoz o a todo trapo en los cascos, además de que se pasó de moda…en los 90…es otro de los grandes problemas de la humanidad. Tus gustos, tu ritmo, tu flow, guárdatelos para ti. Seguramente que habrá otra muchas personas intentando leer, descansar o escuchar su propia música. No impongas tu BSO, hombre.