Los bandoleros en Segovia…
Varios documentos sobre dos juicios que revelan la existencia de bandoleros en Segovia durante el siglo XIX podrán admirarse en la exposición ‘Tesoro Oculto’ organizada por el Archivo Histórico Provincial de Segovia, perteneciente a la Junta de Castilla y León.
En uno de ellos se encuentra la firma, como testigo, de Luis Candelas, que se sospecha puede ser el famoso bandolero madrileño, ya que la fecha del pleito coincide con el periodo en el que estuvo encarcelado.
Entre 1823 y 1826, el Corregimiento de Segovia, lo que hoy sería la Audiencia Provincial, juzgó a Cándido Villagrois, miembro de una cuadrilla que robaba desde Villacastín hasta Ayllón, al que consiguieron localizar y detener con mucha dificultad porque era “muy escurridizo y contaba con varios escondites a lo largo y ancho” de la provincia de Segovia.
Entre los atracos que se le atribuyen figura un robo de varias caballerías con ayuda de sus compinches, acabando en la cárcel en 1824. Un delito y una condena que coinciden con la del famoso Luis Candelas, condenado también por robar caballerías y encarcelado entre 1824 y 1825. El bandolero segoviano fue condenado por varios robos a la isla de La Gomera.
Uno de los testigos llamados a declarar en el juicio contra Villagrois es Luis Candelas, que firma su declaración de puño y letra.
Aunque no se puede afirmar que Villagrois y Candelas se conocieran, ni que el ‘Candelas’ del pleito del Corregimiento de Segovia fuera el famoso Luis Candelas, cuyo nombre aparece en la actualidad en las Cuevas de la Cava Baja de Madrid, el Archivo Histórico Provincial de Segovia invita a indagar a los estudiosos del Bandolerismo del siglo XIX.
Juicio por asalto a la diligencia
El segundo documento expuesto es un juicio de 1818, derivado de la denuncia presentada por Francisco Díez y otros en el Juzgado Municipal de la capital, por el asalto sufrido a la diligencia donde viajaban, al cruzar desde Madrid por el Puerto de Navacerrada. Los testigos, a las preguntas del Juez, señalaron que fueron cinco hombres armados y “desfigurados” que vestían faja roja con rayas negras y que portaban alforjas.
Según su testimonio, los bandidos les hicieron bajar de la diligencia y robaron todo lo que se transportaba y tuviera valor. El golpe fue de lo más lucrativo para estos forajidos, ya que el coche traía a Segovia el pago de las tropas, tal como refería la Real Provisión que autorizaba el pago, y 5.000 reales en billetes.
El fenómeno del bandolerismo fue habitual en las serranías de Andalucía, Castilla la Mancha y Extremadura pero ninguna región española se libró de este sistema de intimidación para perpetuar robos, asaltos y extorsiones para obtener dinero.
Por su importancia documental e histórica, los documentos se han seleccionado para la iniciativa ‘Tesoro Oculto’ y permanecerán expuestos en el Archivo Histórico Provincial hasta el 12 de agosto, en el horario de lunes a viernes laborables, de 9.00 a 14.00 horas.