El I Curso de Rescate en Accidentes de Tráfico de la Asociación de Primeros Intervinientes en Emergencias (APIE) ha dado comienzo en La Granja de San Ildefonso destacando la necesidad de establecer protocolos de actuación entre los agentes involucrados en una emergencia que aseguren una planificación, coordinación y ejecución ejemplares para salvar vidas o reducir posibles secuelas.
Inspirados por la historia de Perico, un niño de ahora 10 años que el año pasado sufrió un derrame cerebral cuando jugaba en el patio de su colegio en EEUU, APIE celebra hasta el 11 de octubre un curso donde el bombero adquirirá los conocimientos, habilidades y aptitudes necesarias para poder afrontar intervenciones en emergencias. «Yo hoy no estaría aquí si no hubiese estado todo perfectamente pensado», subrayaba el propio Perico destacando la labor de los profesionales estadounidenses que le atendieron.
«No entendía nada, solo sentía miedo», narraba el pequeño protagonista al público que abarrotaba la sala para explicar que esa coordinación hizo posible que fuese sometido a una cirugía cerebral tan solo una hora y cuarenta y cinco después de haber sufrido el derrame. «Gracias a vosotros, mis héroes desde el 22 de marzo de 2017, puedo seguir creyendo en cumplir mis sueños», agradecía Perico mientras entregaba a APIE un cheque de 3.000 euros para que la asociación continúe con su labor. «Todos tenemos que apoyar estar causa con lo que cada uno pueda», concluía.
«Apunta a la estrellas para llegar a la Luna»
Emocionado con la respuesta de asistentes y el propio gesto de Perico y su familia, el bombero y presidente de APIE, Luis González Cotrina, también hizo hincapié en la necesidad de «estar a la vanguardia» de la formación para aumentar la capacitación profesional de los servicios de emergencias, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
González Cotrina recordó que la evolución «a pasos agigantados» de la sociedad obliga a revisar los procedimientos y puso como ejemplo la aparición de vehículos de nueva generación con sistemas e seguridad activa y pasiva o nuevos sistemas de propulsión; o la construcción de viviendas con mobiliario altamente energético que suponen un avance para la sociedad pero pueden suponer problemas para los intervenientes en una emergencia si se desconocen ciertos aspectos.
Por este motivo el presidente de APIE apeló a todos los agentes implicados a «crear un modelo aplicable a todo tipo de intervenciones facilitando la integración de los equipos y la coordinación de funciones». Este es el objetivo principal de un ambicioso curso que durante estos días contará con clases y talleres que expondrá a los participantes a distintos escenarios para practicar la maniobra de corte posición de marcha o vuelco sobre techo; extracción de adultos y niños; atención psicológica y asistencia sanitaria. Un simulacro de accidente de tráfico con múltiples victimas implicadas pondrá el broche final a este curso ambicioso curso con vocación de continuidad que pretende «apuntar a las estrellas para llegar a la Luna», como concluía el presidente de APIE.
Muestras de apoyo institucional
A las innumerables muestras de apoyo que ha recibido APIE para la constitución y organización del primer I Curso de Rescate en Accidentes de Tráfico, se sumó el apoyo institucional del alcalde del Real Sitio de San Ildefonso, José Luis Vázquez, que durante su intervención destacó que «no hay camino sin un primer paso y ese primer paso es siempre determinante». En este sentido recordó la actuación de personal sanitario y bomberos cuando sufrió un accidente en 1993 que le llevó a estar más de un mes en coma cuando un camión le pasó por encima.
Por su parte, el presidente del Colegio de Médicos de Segovia, el Dr. Enrique Guilabert, expresó su satisfación por la realización de este curso «de amplia y ambiciosa perspectiva» mientras se mostraba abierto a la participación de médicos y enfermeros en próximas ediciones porque «la inmediatez, el saber qué hacer y qué no hacer, conlleva a que personas salven la vida o a que las secuelas sean las mínimas».