Cansados tras su primera jornada en el Camino de Santiago, los jóvenes franceses Hervé y Jessica de Biderau reponían fuerzas el pasado martes en el albergue San Miguel de Hospital de Órbigo (León) acompañados por otros peregrinos, aunque los motivos que les han traído a la ruta jacobea no suelen ser los habituales. Hervé y Jessica (de soltera Févres) se casaron hace una semana en Bayona y tres días después comenzaron una peculiar luna de miel en León, donde iniciaron una peregrinación a pie hacia Santiago de Compostela.
“Sabemos que es un viaje de novios original, pero creemos que puede estar bien porque ahora empezamos una nueva vida y para nosotros hacer el Camino de Santiago es una buena forma de examinar nuestra relación”, aseguró Hervé, mientras que Jessica, sentada a su lado en el patio del albergue, consideró que es “una forma de caminar juntos”. “Nuestras familias comprenden que pasemos aquí nuestro viaje de novios porque nos conocen”, apostillaron.
Los dos jóvenes, cercanos a los 30 años, residentes en Burdeos y empleados en Patrimonio, ya recorrieron una parte del itinerario jacobeo el año pasado, desde Saint-Jean-Pied-de-Port, la última localidad de Francia antes de que el Camino Francés entre en España, hasta Nájera (La Rioja), y en esta ocasión han decidido dedicar dos semanas a ir desde León hasta Santiago de Compostela y luego hasta Finisterre si tienen “tiempo”.
“Hacemos el Camino de Santiago por razones religiosas, espirituales y culturales”, indicó el joven matrimonio, quien comentó que se conocieron en la Facultad de Historia del Arte, donde estudiaron la historia medieval y la relevancia de la peregrinación a Santiago. “Ésta es una vía muy importante de esa época tanto en Francia como en España”, resaltó Jessica.
El matrimonio destacó que su primera ruta jacobea “estuvo bien”, aunque incidió en la dureza de la misma. De hecho, el año pasado ellos tenían previsto ir hasta Burgos y tuvieron que parar en Nájera porque Hervé tuvo una tendinitis en el talón de Aquiles. En esta ocasión, confiaban en “no tener ningún problema y llegar hasta Santiago”. Eso sí, reconocieron que su primer día había sido “duro” porque habían caminado los 31 kilómetros que separan León de Hospital de Órbigo por el recorrido que va al lado de la carretera N-120, que destacaron que “no es muy agradable”.
Los dos mostraron su ilusión por volver a estar en la ruta jacobea y esperaban disfrutarla tanto como el año pasado, sobre todo, por el contacto con otros peregrinos. “Lo mejor del Camino es encontrarse con mucha gente interesante, que te aporta muchas cosas”, señaló a este respecto Hervé, quien explicó que en 2009 hicieron un grupo en el que había españoles, italianos, franceses y canadienses, que se encontraban en todas las etapas y con cuyos integrantes mantienen contacto a través del correo electrónico.
Para los dos recién casados, otro de los aspectos destacados de esta peregrinación es “la libertad total” que aseguran que se siente al realizarla. “Estás toda la semana sin móvil, te olvidas del trabajo y de todo lo material”, aseguró Hervé. De hecho, enfrascados en su segundo Camino de Santiago, ya se están planteando el tercero. “Queremos hacer un tramo de la ruta en Francia saliendo de Le Puy en Velay. No sabemos cuándo porque trabajamos los dos y no tenemos mucho tiempo”, concluyó Jessica.