La Guardia Civil investiga a cuatro personas por delitos relacionados con no guardar los estándares de calidad de la IGP de Cordero de Castilla y León. A los presuntos autores se les ha investigado por delitos contra la propiedad industrial y la falsificación, pudiendo verse afectados hasta 11.000 corderos.
La operación de la Guardia Civil ha tenido tres fases, una eminentemente técnica, para obtener pleno conocimiento de cómo funciona la IGP y dos fases operativas, con la detección de irregularidades en la no selección de los corderos y con la investigación de diversos operadores.
En la primera fase operativa se detectó un presunto delito de falsificación de documento por parte de dos etiquetadores, quienes presuntamente no efectuaban la selección de los corderos y mentían a la IGP en relación a los registros documentales a través de los que se lleva el control de los corderos seleccionados. Repartían supuestamente etiquetas y vitolas a operadores comerciales sin controlar los estándares de calidad de la IGP, llegando a disponer uno de estos seleccionadores de hasta 3.500 vitolas de más que habría distribuido a su criterio y fuera del control del consejo regulador. En esta fase se han intervenido 482 etiquetas y 712 vitolas a operadores que no debían poseerlas.
En la segunda fase, se detectaron irregularidades en un operador que mezcló sistemáticamente corderos amparados por la IGP y no amparados por la misma (hasta 7.500 al año), teniendo a su disposición las etiquetas y vitolas que comercialmente necesitaba, pero no de acuerdo a la trazabilidad de la IGP, de manera que siempre dispuso de más etiquetas y vitolas de las que pudo justificar.
Por último se detectaron irregularidades en el registro informático de la IGP a lo largo de los años 2013 y 2014, motivo por el que se procedió a tomar declaración al anterior director técnico de la IGP, como autor de un supuesto delito de falsificación de documento.