Coincidiendo con el Día Internacional de la Paz y la No Violencia, desde el Centro Sinapsis Teresa Solís Bertrán de Lis, Pedagoga especialista en neuropsicología, y María Noel Firpo, Psicóloga Clínica, impartirán una charla en el salón de actos de la FES esta tarde, a las 18:30 horas.
El tema principal de la charla, será la necesidad de diferenciar el acoso escolar de otros conflictos escolares. Definido por las profesionales, «el acoso escolar es una situación de violencia con unas características claras que lo diferencian de cualquier otro enfrentamiento o rencilla entre alumnos de un centro». Estas características son: que se produce cuando una víctima está expuesta de forma repetida a acciones negativas por parte de uno o varios alumnos, sin una motivación distinta a la de hacer daño de forma intencionada y que genera un patrón relacional de sumisión de la víctima.
Todo enfrentamiento entre escolares que no cumpla esas tres características no podría calificarse como acoso escolar ya que para las profesionales son normales y frecuentes los enfrentamientos por conseguir un mayor reconocimiento social, o por caerse en gracia unos a otros, pero generalmente estos enfrentamientos no implican la existencia de una víctima en posición de sumisión, sino que las partes se enfrentan en un plano al mismo nivel de poder.
Ambas profesionales apuestan por un Sistema Cuidador en el que los adultos sean capaces de proporcionar respuestas de acogida y acompañamiento a las víctimas y, a la vez, sean modelo de convivencia. En este sentido, al igual que ocurre con los casos de violencia de género, plantean necesario establecer unos mecanismos específicos de intervención para resolver los casos de acoso. Los mecanismos de mediación habituales que son útiles para otros conflictos pueden no serlo para éstos, y los propios docentes reconocen la falta de formación para enfrentarse a este fenómeno.
Con estos espacios de seguridad proporcionados por los adultos, confían en que quienes son víctimas se atreverán a decirlo y quienes son conocedores de la situación tendrán la posibilidad de poder denunciar con la seguridad de estar protegidos, rompiendo así con la situación de desequilibrio de poder entre víctima y agresor (o agresores).