Si en pasados días se confirmó la vuelta a la actividad de la Fábrica de maderas de El Espinar, hoy se confirma que el Real Aserrío de Valsaín el que recuperará la actividad tras más de dos años cerrado con la puesta en marcha del proyecto presentado por la Unión Temporal de Empresas (UTE) Caryse-Accuore. El organismo autónomo de Parques Nacionales, que había sacado a licitación pública por tercera vez la explotación del aserradero con un presupuesto base de 20.000 euros, adjudicó hoy el contrato a estas dos compañías madrileñas por un plazo de seis años, prorrogables por dos años con un máximo de tres ampliaciones.
El alcalde del Real Sitio, José Luis Vázquez, aseguró a Ical que ésta era “una gran noticia” para el municipio, ya que se facilita la reapertura de las instalaciones que llevaban cerradas más de dos años y la creación de nuevos puestos de trabajo. En concreto, explicó que el proyecto supondrá la creación “de entre diez y doce empleos” y confió en su puesta en funcionamiento en el plazo “de dos a tres meses”. El regidor confirmó a Ical que a lo largo de los próximos días se procederá a la comprobación del estado de la maquinaria para ver cómo se encuentra después de unos años sin actividad, así como con el cumplimiento de todos los trámites administrativos para valorar cuándo se podrá iniciar la actividad.
José Luis Vázquez destacó que las dos empresas adjudicatarias son “conscientes” del reto al que se enfrentan para poner en marcha el Real Aserrío en uno de los bosques “mejor gestionados del mundo” como es el de Valsaín. Además, recordó que este proyecto se complementa con la instalación de una fábrica de pellets que la empresa Auténtica Generación Distribuida de Castilla y León (AGDCyL) promueve en el polígono de Buenos Aires de la localidad.
El Organismo Autónomo de Parques Nacionales, de quien depende el aserradero de Valsaín, cerró en 2012 estas instalaciones, abiertas en 1884 bajo el patrocinio real. La fuerte crisis inmobiliaria repercutió en la compra de madera y en su actividad económica, cuya labor se centraba en la gestión sostenible. La infraestructura, que sufrió un importante incendio en el año 2005, reabrió sus puertas en 2010 tras una inversión de más de tres millones de euros.
Foto: aserradero de Valsaín (Julio 2014)/Ical