El escritor soriano Fermín Herrero Redondo ha ganado el premio de poesía Jaime Gil de Biedma, galardón que organiza la Diputación Provincial de Segovia, con su obra ‘La gratitud’, como dio a conocer hoy el coordinador del jurado, Gonzalo Santonja.
Herrero Redondo nació en Ausejo de la Sierra (Soria) en 1963, aunque actualmente reside en Simancas (Valladolid). Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Zaragoza, ha publicado once libros de poesía, entre ellos ‘Anagnórisis’, ‘Echarse al monte’, ‘Paralaje’, ‘Un lugar habitable’, ‘Tierras Altas’, ‘La lengua de las campanas’ y ‘Tempero’.
El accésit fue a parar a Luis Alfredo Colocho Borja, de El Salvador, por su obra ‘El disparo, cuentos del barrio’.
El XXIV Premio de Poesía está dotado con 10.000 euros para el ganador, mientras que el galardonado con el accésit recibirá 3.000 euros otorgados por Bankia. A la edición de este año se presentaron un total de 1.003 poemarios procedentes de 32 países, de los que el jurado eligió el pasado 14 de mayo a 17 finalistas de Iberoamérica y España.
«Una gran alegría»
Según confesó, se trataba de la primera ocasión en que concurría a este premio, ya que hasta ahora no se había visto “con fuerzas”, y para presentarse a esta convocatoria “hay que tener un poco de seguridad en uno mismo”, añadió. Aunque entre la relativa autoestima y el sueño de ganar un galardón de tal nivel todavía hay un trecho: “Puedes tener confianza en el sentido de que en cierto modo suele estar refrendado lo que escribes, pero luego ya para ganar no sé, porque seguro que entre todos los libros presentados habría bastantes a mi altura”, reconoce. “Espero que no se haya equivocado el jurado y yo esté a la altura del premio, es algo que nunca lo sabes con certeza”.
Herrero resaltó que el Gil de Biedma no sólo ha contado siempre con “una gran relevancia”, sino que “incluso va a más”. “Igual que otros premios han decaído con la crisis, éste ha aumentado su prestigio”.
Sobre la obra ganadora, titulada ‘La gratitud’, reconoce que no sabe cuánto tiempo dedicó a escribirla, aunque sí apunta que la concluyó hace unos dos años y la ha estado “afinando” desde entonces. De hecho, el autor soriano suele dejar reposar sus libros: “Intento no publicar hasta que pasa un tiempo, lo escribo, lo dejo ahí, luego lo afino, lo corrijo… No es que la primera escritura me cueste tanto, pero luego viene cuando realmente me pongo a intentar luchar con cada palabra porque en el fondo la poesía es eso, no escribir más culto sino ser más preciso si se puede, aunque sea difícil acercarse a la precisión”, resumió.
‘La gratitud’ habla de dolor, de muerte e incluso de “la pérdida del sentido contemporáneo”, pero “en general es un canto de agradecimiento a la vida”, matizó. Porque Herrero percibe que conforme escribía ha ido ganando capacidad para apreciar y “reconocer lo bueno de las cosas y las personas”.
En su carrera literaria ha escrito “desde libros con fuerza juvenil a otros más reposados”, pero advirtió que responder cuál es la obra de la que se siente más orgulloso le resulta tan difícil como “si le preguntas a alguien qué hijo prefiere”. “Ahora mismo sí pensaba que ‘La gratitud’ era lo mejor que tenía para presentar, aunque puedo estar equivocado, claro”, confesó.