La Diputación de Segovia publica en el Boletín Oficial de la Provincia la salida a licitación de la segunda fase del palacio de congresos y exposiciones de La Faisanera, en el antiguo pabellón de caza de Palazuelos de Eresma. Tal y como estaba previsto, las obras salen a concurso por 3.506.375,11 euros más IVA (4,2 millones en total) y un plazo máximo de ejecución de 12 meses.
La institución provincial promueve el proyecto a través de Palacio La Faisanera S. L., mercantil de la que participa en un 95 por ciento, mientras que el cinco restante corresponde a la Cámara de Comercio e Industria de Segovia. Recibirá ofertas de constructoras hasta el próximo 15 de abril y, al día siguiente, abrirá los primeros sobres con la intención de llevar a cabo la adjudicación antes de mayo.
El reto es que el palacio pueda estar listo en la primera mitad de 2015, según precisaron fuentes de la promotora a la agencia Ical. No en vano, el concurso deja abierta la opción de que las empresas propongan rebajas en el plazo de ejecución planteado inicialmente, aparte de ajustar la oferta económica.
Tal y como consta en el pliego de condiciones de contratación, «se declara urgente» la licitación de las obras, «habida cuenta la imperiosa necesidad de finalización de las mismas por la urgente necesidad de que las actividades a desarrollar en el edificio terminado afecten de manera positiva al desarrollo económico y social de la provincia de Segovia». Y además, se establecen plazos parciales de ejecución de los trabajos con sanciones que se multiplican por cada día de retraso a partir del decimoquinto, si es que la constructora no ha recuperado el tiempo perdido en las siguientes subfases.
En este sentido, si la empresa adjudicataria incumple el plazo de ejecución final de la obra se expone a pagar una sanción máxima que puede llegar a superar los 250.000 euros. En concreto, “la penalización será del 3,5 por ciento del precio global (el acordado para el contrato) que se multiplicará por cada día natural transcurrido desde el decimosexto día a partir de la fecha prevista de terminación de la obra”; si bien no podrá superar en ningún caso el 7,5 por ciento.
Los trabajos
Segesa ejecutó la primera fase con un coste final próximo a los tres millones de euros y el proyecto en su conjunto rondará los siete, sufragados por la Junta con una subvención diferida en diez años. Si se computa el valor del suelo, asciende a unos 20 millones, según las cuentas de la promotora.
El auditorio, con capacidad para 700 personas, es la única infraestructura pendiente para completar la reconversión del pabellón de caza. Ocupará el patio interior tras realizar un proyecto de cerramiento del complejo, que está ejecutado al 80 por ciento y cuenta con salas anexas para cursos, jornadas o seminarios. En total, 4.000 metros cuadrados de superficie construida en una parcela de casi 10.000.
Quedará por rematar el equipamiento de las instalaciones, aunque no se descarta que esa tercera fase (mucho más corta y sencilla que las anteriores) pueda llevarse a cabo en paralelo a la segunda y que ambas terminen prácticamente al mismo tiempo. En cualquier caso, el presidente de la Diputación, Francisco Vázquez, ya reconoció recientemente, en una entrevista con Ical, que cuenta con la posibilidad de que el palacio no inicie su actividad “hasta mediados o en el último tercio del próximo año”.
«No me preocupa que las obras se terminen dos meses antes o dos meses después de las próximas elecciones municipales (mayo de 2015), lo que me importa es que se hagan y bien», subrayó Vázquez, quien también confirmó que ya se trabaja en la captación de eventos.
«El tipo de congresos internacionales que queremos traer aquí, que mueven mucho dinero y muchas personas de Europa y el resto del mundo, no se deciden seis meses antes de la fecha de celebración, sino con uno y dos años de antelación. Por eso ya estamos intentando captar ese mercado internacional incluso a dos años vista», explicó Vázquez, quien, no obstante, es partidario de una futura «gestión privada» o de su cesión a «un consorcio de derecho público». Aunque para decidir el modelo definitivo por el que se opta hay tiempo por delante, tanto o más del que falta hasta ver completada terminada la obra.