Las mujeres de Castilla y León que tengan 45 años tendrán que esperar otros cinco para someterse a una mamografía. La Consejería de Sanidad ha optado por elevar a lo largo del próximo 2014 a los 50 años la edad para someterse al cribado de cáncer de mama, después del acuerdo del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) del pasado mes de julio. Lejos de tratarse de un recorte, la decisión se basa en los resultados de un análisis sobre el coste-efectividad del programa, que fija como más adecuado el cribado bienal para el grupo de edad de 50 a 69 años.
“No es una medida de ahorro. No está vinculada al coste, ni se ha tomado por razones presupuestarias”, explica a Ical el consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, quien insiste en que en ese Consejo se acordó incluir en la cartera básica el cribado, que ya se prestaba en algunas autonomías, caso de Castilla y León, por su eficacia a la hora de abordar la enfermedad. Si bien, se fijó la horquilla de 50 a 69 años, frente a la de 45 a 69 que venía utilizándose en esta autonomía.
“Insisto, no hay que ligar esta decisión a motivos económicos, sino a criterios de eficacia”, indica, para precisar que incluso hay corrientes que cuestionan esta prueba que implica someterse a radiación cada dos años. Es más, añade, en aquella reunión se aprobó incluir otros cribados como el de cáncer colorrectal y de cérvix que se están implantando. “Si se tratara de ahorros, no se hubiera ampliado la cartera”.
En estos momentos, la participación de las mujeres en el programa regional es elevada. En concreto, el año pasado se sometió al cribado un 84 por ciento de la población diana, lo que supone un “nivel más que deseable” si se tienen en cuentan las recomendaciones de la ‘Guía europea de calidad’ de participación para este tipo de programas que son del 75 por ciento. “Estos datos nos complacen”, teniendo en cuenta que la mamografía es capaz de detectar entre el 90 y el 95 por ciento de los tumores en sus fases iniciales, cuando el porcentaje de curación es superior al 80 por ciento de los casos. Ello, unido a que el cáncer de mama es la neoplasia más frecuente en la mujer.
Protocolo
El programa de detección precoz se dirige, hasta que se produzca el cambio, a mujeres de entre 45 y 69 años de edad. Lo habitual es que la mujer reciba una carta informativa en su domicilio. También, puede solicitar la información en su centro de salud o llamando a la unidad de mamografía que le corresponda. Si ya ha participado en el programa, desde Sacyl se enviará una carta recordando la fecha de la próxima revisión.
La prueba consiste en una mamografía, que debe repetirse cada dos años, salvo otra indicación del radiólogo. Inicialmente, cuando arrancó el programa en 1992 se realizaba una sola proyección. Hoy, se realizan dos (una oblicua-media-lateral y otra cráneo-caudal), ya que los estudios demuestran que la doble proyección supone una mayor sensibilidad (83 por ciento) frente a una sola proyección (70 por ciento).
Programa “desprivatizado”
En estos momentos, todas las mamografías que se realizan en la Comunidad pasan por la unidad de lectura readiológica, ubicada en el Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid. Aunque en octubre el propio Sáez Aguado reconoció ciertos retrasos en la entrega de resultados a pacientes de la provincia de Ávila por cuestiones de movilidad de profesionales, el consejero recordó que esta unificación de lecturas sí es un “paso más” en la contención del gasto, ya que implicó la eliminación de un concierto por el que la Consejería pagaba cada año hasta 1,4 millones de euros. La unidad, más allá de cuestiones financieras, implica criterios comunes de lectura de las pruebas y que el diagnóstico sea más rápido.
Para abordar estas pruebas, la red de Sacyl cuenta con 13 unidades mamográficas fijas y una móvil que el año pasado realizaron algo más de 124.500 pruebas. El 4,5 por ciento de los estudios se derivaron a Atención Especializada para confirmar el diagnóstico.