«El día era muy diferente de la noche. La noche era mía y de mis drugos, y de todo el resto de los nadsats, y de los starrios burgueses agazapados entre cuatro paredes, absorbiendo los glupos programas mundiales; pero el día era para los starrios, y en esas horas de luz siempre parecía haber más militsos»
Me ha costado. Creo que mi primera intentona con este libro habría que buscarla hace casi 10 años; en aquel momento leí apenas 2 páginas en la biblioteca y lo dejé raudo y veloz ante la avalancha de vocablos extraños y mi enorme pereza. Menos mal que con la edad se va cogiendo oficio en esto de la lectura y al fin he podido disfrutar de esta maravillosa obra. Como siempre que se habla del libro más conocido de Antony Burgess, lo primero es resaltar la jerga «Nadsat», un vocabulario propio del protagonista y de la juventud más radical de la sociedad que se nos presenta; en el libro suele incluirse un glosario al final del mismo, y aunque al principio parece que es indispensable consultarlo cada dos por tres, en seguida te das cuenta de que no hace falta, puede entenderse todo en condiciones con un poco de paciencia.
La novela ofrece una oleada sin descanso de consideraciones éticas y morales. Es una crítica abierta hacia prácticamente todo lo que se menea: religión, política, seguridad, y la sociedad en general. Todo se presenta desde el punto de vista de nuestro querido narrador, Alex, un joven extremadamente violento para el que la vida consiste en lanzarse todas las noches hacia una orgía de drogas, violencia y violaciones acompañado de sus colegas (drugos).
Voy a intentar mantenerme lo más alejado posible de las comparaciones con la (también maravillosa) película de Stanley Kubrik, porque aunque pocas, lo cierto es que hay algunas diferencias bastante importantes, siendo la principal de ellas el hecho de que Alex tenga apenas 15 años, algo que Kubrik no mostró en su película, así como varios pasajes del libro realmente escabrosos (como la violación de las niñas de 10 años) que quedaron también fuera de la misma.
El libro se divide en tres PARTES:
-Primera: Presentación de la «vida normal» de Alex y sus drugos. Destacando especialmente esa primera noche (la batalla con la otra banda, el borracho apaleado y, sobre todo, el asalto de la primera casa, con más «ultraviolencia», y la violación de la mujer, contada de una forma extremadamente aséptica por el mismo Alex, y que precisamente debido a eso resulta estremecedora).
-Segunda: Vida en la prisión de Alex tras su arresto y su internación en el «Programa Especial» para la aplicación de la TÉCNICA DE LUDOVICO (Mucho más desagradable que en la película de Kubrik, desmembramientos, torturas sádicas, … todo mucho más explícito)
-Tercera: Reintroducción de Alex en la sociedad. Con la venganza de todos aquellos que sufrieron a sus manos, y con una crítica genial a la clase política en su totalidad.
Alex es la pieza central del libro, todo se desarrolla a su alrededor y es uno de los personajes más emblemáticos que he tenido la oportunidad de disfrutar. Es despreciable y patético, pero a la vez resulta fascinante. En la novela hay una contraposición constante entre la belleza y la repulsión, y Alex es el máximo exponente, a pesar de ser un engendro amante de la violencia más extrema («ultraviolencia», violaciones y todas las maldades del mundo), a la vez es un apasionado de la belleza en toda su gloria, expresada en este caso con la música clásica y la profunda obsesión que experimenta hacia ella (especialmente con el «viejo Ludwing» y su Novena)
«¿Qué quiere Dios? ¿El bien o que uno elija el camino del bien? Quizás el hombre que elige el mal es en cierto modo mejor que aquel a quien se le impone el bien.
Como imagino que habréis escuchado la mayoría, el libro original consta de 21 capítulos. Esa es la edición que tengo yo en casa (la nueva de Minotauro). Pero en su día, cuando la novela se publicó en EEUU, el editor de Anthony Burgess decidió que el último capítulo no le gustaba y lo eliminó, por ello la película de Kubrik se basó a su vez en esta versión recortada y el film finaliza en el capítulo 20 del libro. Por supuesto me parece indignante que se mutile de esta forma la obra de cualquier autor, pero también es cierto que ese capítulo 21 es lo que menos me ha gustado de la novela con diferencia, Burgess hace evolucionar a Alex y el mensaje final es completamente diferente de lo que podrías esperar leyendo el final del anterior capítulo. Odio que Alex madure y en mi opinión la novela ganaría muchísimo si obviase ese último episodio.
«-Esas son sutilezas -sonrió a medias el doctor Brodsky-. No nos interesan los motivos, la ética superior. Sólo queremos eliminar el delito…»
Y poco más, tampoco quiero entrar en demasiados detalles, me despido deseándoos a todos que leáis la novela si aún no la conocéis y os garantizo muchos tolchocos en los yarboclos si no lo hacéis XD