Tierra de caballeros y órdenes militares, la provincia de Ciudad Real presume de ser la cuna de la novela más famosa del mundo, Don Quijote de La Mancha, que evoca a la tradición del ingenioso caballero dibujado por Miguel de Cervantes, que caminaría a lo largo de su historia por unas tierras arraigadas a otros atractivos como sus parajes naturales, su gastronomía, sus vinos y el carácter de unos habitantes que lindan con provincias como Córdoba, Jaén, Badajoz y sus hermanas Toledo y Cuenca.
Un compendio de atractivos turísticos alejados de la monumentalidad de capitales históricas recogen en sus 101 municipios algunos atractivos como los vestigios de una tierra que gozó de ser la cuna de Órdenes Militares como las de Calatrava, la de Santiago o la de San Juan que aún conservan algunos atractivos como el Castillo de Calatrava la Vieja, sede de la primera orden militar hispana, cerca de la capital. Pero las llanuras ciudarrealeñas encierran recursos que atestiguan el paso del tiempo y su capacidad para adaptarse a las nuevas demandas como la Ruta Cinematográfica de Pedro Almodóvar por la localidad que le vio nacer o por escenarios de algunas de sus películas como ‘Volver’.
Es el caso de Almagro en dónde el visitante puede envolverse de los ecos históricos del siglo XVI en su Corral de Comedias, sede de una de las citas culturales más importantes en tierras manchegas como es el Festival Internacional de Teatro Clásico. No menos espectaculares pueden resultar los paseos por el centro de la localidad observando los detalles de palacios y casas señoriales como ocurre con la localidad de Villanueva de los Infantes, cabecera de la Orden de Santiago. Saltando siglos de historia y llegando a la actual Ciudad Real cuenta con uno de los ejemplos más brillantes de arte contemporáneo, el del maestro Antonio López en su localidad natal de Tomelloso que le rinde homenaje con un museo en el que se expone una muestra permanente de obras cedidas por el pintor.
Pero si de adaptación a los nuevos tiempos hemos de hablar, no podemos dejar de hacer mención a la conjugación de la tradición vitivinícola con sus nuevas formas de disfrutar de ella. La localidad de Valdepeñas es el perfecto ejemplo de ello a través de su visita al Museo del Vino o de los paseos de taberna en taberna o a través de sus bodegas en buena compañía para degustar los caldos de su Denominación de Origen. Pero respirar historia también es posible por estos lares a través de la visita al yacimiento arqueológico íbero-oretano de la ciudad del vino, poblada desde el siglo VI al II a.C., siendo el único yacimiento íbero en España que se conserva íntegro y cuyo misterio se centra en las razones de su abandono. Además, su Museo Municipal es la sede del concurso de artes plásticas más antiguo de España que abarca un ámbito internacional.
Historia, cultura, arte y gastronomía, se conjugan además con los increíbles parajes naturales de Ciudad Real. Dos Parques Nacionales, el de Cabañeros y las Tablas de Daimiel, suman entre los dos más de 40.000 hectáreas repletas de flora y fauna. Cabañeros, ubicado en los Montes de Toledo, destaca por su amplia población de rapaces, sus más de 1000 especies catalogadas de plantas y árboles, y por sus características cabañas de paja. Por su parte, el humedal protegido en peligro de extinción de Las Tablas de Daimiel, corresponde con el último representante de un ecosistema de este tipo. Formadas por las confluencias de los ríos del Cigüela y el Guadiana, el Parque Nacional da cobijo a diversas aves acuáticas que eligen sus remansos para invernar o nidificar y criar.
Desde grandes localidades como Puertollano o Alcázar de San Juan, ligadas a la industria, pasando por otras pequeñas como Almadén y sus importantes minas, Bolaños, Argmasilla de Alba, Las Virtudes y su plaza de toros cuadrangular, Manzanares o Malagón, la provincia de Ciudad Real ofrece un buen escenario para recorrer de pueblo en pueblo dejándose encandilar con el contraste de sus habitantes y sus gentes.