Todos sabéis por qué os hemos pedido que estéis aquí. La empresa editora de elacueducto.com, Viterbo Inversiones SL, y la sociedad que inició el proyecto del primer diario gratuito de la ciudad, Caudal de Ideas SL, nos han puesto contra la pared. Pero detrás de esos nombres mercantiles hay rostros y apellidos. Javier Hernando y Pedro Fortuny, que han preferido ahogarnos económicamente a dar la cara y solucionar los problemas.
Como última muestra, la edición de hoy de elacueducto.com. La editora ha decidido suprimir la página de opinión y la información de apertura. En el primer caso, por un escrito que nada tiene que ver con la realidad y que nunca nos dieron a conocer ni nos pidieron que publicáramos. En el segundo, directamente por un espacio en blanco.
La empresa asegura que la plantilla solo persigue pasar a la situación de desempleo reconocido. Es mentira, queremos trabajar porque amamos nuestra profesión, pero queremos hacerlo dignamente.
Sin embargo, este grupo de trabajadores ha aguantado una situación equivalente a acumular hasta ocho pagas adeudadas, así como unas condiciones de trabajo penosas. Ante ello, la única respuesta ha sido la petición de fe en la gestión y la fijación de plazos para reuniones y pagos que nunca se cumplieron. Hemos llegado a una situación límite.
Por otro lado, en el mismo texto critican la postura de informar acerca de la situación por la que atraviesa la plantilla. Es irónico vanagloriarse de abanderar un proyecto informativo independiente que no se calla ante nada ni nadie, aunque sí lo haga cuando onda salpica de puertas para adentro. En este caso, este grupo de profesionales lo único que ha buscado, una vez más, cumplir con su contrato. Algo que la otra parte suscriptora no puede sostener.
Mientras, el responsable de la editora, Pedro Fortuny, no ha pasado por este local desde el pasado 21 de diciembre. Desde esa fecha, se han acumulado dos nóminas impagadas más. Además, los teléfonos de la redacción mantienen sus líneas cortadas. El invierno y la ausencia de calefacción hacen bajar la temperatura del recinto hasta los 12 grados. A esto se suma la ausencia de un servicio de limpieza contratado, con sus lógicos efectos sobre la higiene y salubridad del centro de trabajo.
¿Plantarse ante esta situación puede hacer pensar que la única intención de los trabajadores es pasar a engrosar las listas del desempleo? Eso es lo que afirma el texto que la empresa ha impuesto en la página 2 del diario en su edición de hoy y es mentira. Reiteramos nuestro deseo de trabajar dignamente.
Decidir que no queda más remedio que acudir a una huelga indefinida tras poner ilusión, esfuerzo, trabajo, profesionalidad y mirar para otro lado, ¿es querer torpedear este proyecto?.
Según han reconocido los gestores delante de esta redacción, el posicionamiento y lo que ha logrado el producto en este tiempo, ha sido gracias a la labor de los que, día a día, luchan por él sin recibir nada a cambio, a pesar de sus contratos. Nunca se ha puesto en duda la necesidad de extender el horario laboral más allá de lo fijado en el contrato. La mayoría de los aquí presentes sabéis a cuántas horas llegaban nuestras jornadas. Nos daba igual. Es nuestro trabajo y lo hemos cumplido. Sólo hemos querido que la empresa cumpliera con su parte del trato.
Entendemos que la situación económica haga difícil la gestión de una empresa. Hubiéramos escuchado y quizá aceptado propuestas intermedias, a las que llegar mediante acuerdos alcanzados en negociaciones. Sin embargo, todo lo que hemos obtenido en este tiempo han sido palabras vacías. Como el pastor del cuento, llega un momento en que la palabra reiterada de un mentiroso deja de tener valor.
Además, la plantilla quiere mostrar su solidaridad con los proveedores, que comparten con nosotros el adeudo por sus servicios y las continuas promesas incumplidas. Esta empresa parece olvidar que en su balance de cuentas no solo hay ingresos. Los pagos a tiempo y sin excusas son una obligación.
Ante la censura y ante las mentiras, un grupo de profesionales de la información y el resto de la plantilla que les apoya en su trabajo no puede mostrar otra cosa que su más enérgico rechazo. Pedimos un cambio radical de postura por parte de Pedro Fortuny y Javier Hernando y exigimos que salden la deuda que sus dos empresas tienen con nosotros. Aunque ellos crean lo contrario, nuestro trabajo no es gratis.
Luchar por un producto es trabajar sin mirar el reloj, sin teléfonos, sin calefacción, sin servicio de limpieza… mentir en repetidas ocasiones y no cumplir con los pagos, no es respeto. Queremos un trato digno y respeto.
Muchas gracias a todos.