La XXXIX edición de la Travesía Invernal de la Mujer Muerta congregó, el pasado domingo, a 162 montañeros, 40 mujeres y 122 hombres, de Ávila, Burgos, Madrid, Salamanca y Segovia, de los que 148 terminaron la dura travesía completamente.
La jornada comenzó con un chocolate caliente en el Pabellón Pedro Delgado, punto de encuentro de los participantes. Desde allí, en autobús, se dirigieron al aparcamiento de las instalaciones de ‘El Panorámico’ de La Losa. A partir de ahí comenzó el ascenso a La Pinareja (2.193 m.), cabeza de la Mujer Muerta, para continuar la cuerda hacia ‘Peña el Oso’ y posteriormente seguir hacia el pico y puerto de Pasapán (1.999 m.). Más tarde se atacó la subida a las Peñas de Las Majadas (2.003 m.), donde comienza el cumbreo de la «Sierra de Quintanar», para ir perdiendo altura paulatinamente hasta la estación de ferrocarril de Otero de Herreros (1.230 m.). El recorrido de aprox. 22 km. tiene un desnivel positivo acumulado de 1.483 mt. y negativo de 1.461 mt.
Las condiciones climatológicas que, en un principio, se esperaban más duras por las bajas temperaturas de las últimas semanas, dieron una tregua y, en la zona de cumbre en la que se preveía pudieran encontrarse placas de hielo, no fue necesario el uso de material específico. El sol acompañó el principio del recorrido, aunque a lo largo de la mañana las nubes y algunos bancos de niebla hicieron presencia en la zona más alta.
No se puede dejar de reseñar la pérdida de un importante punto de referencia en La Pinareja, la cruz que la culminaba en lo más alto del recorrido, y que desapareció misteriosamente hace dos años. Según los datos publicados por el montañero Juan Pedro Velasco Sayago, en su brazo izquierdo tenía la leyenda ‘Anton.Fuentemilanos’. La realizó Antonio Antón Tabanera por encargo de Jaime Alpens, y la subieron a lomo de una mula. Mejor suerte corre el Oso colocado en la ‘panza’, según el mismo autor, llamado Helios en recuerdo de un chaval de 4 años que subió desde el Puerto del Pasapán acompañando. Dicen que está puesto en recuerdo de las cacerías de Alfonso XI y fue donado por doña Asunción Fernández del Amo. Ahora se encuentra acompañado por otra figura más pequeña.
El paso por los controles se realizó sin ningún percance. Como viene siendo habitual el control de ‘Las Majadas’ estuvo a cargo del montañero de ‘El Nevero’, Jerónimo González, que a sus 77 años sigue acompañando muchos de los recorridos que se realizan por nuestras sierras.
Esta marcha, según sus organizadores, tiene como objetivo recorrer ‘la cama de piedra’ sobre la que se ‘tumbó, la frente al cielo’ la dama de las mil leyendas, como dejó escrito, el poeta y cronista de la Ciudad, Mariano Grau.