Miles de personas se acercaron hasta los numerosos cementerios que jalonan la provincia de Segovia para recordar a sus difuntos cumpliendo con la tradición del Día de Todos los Santos. En la capital la mañana comenzaba con precipitaciones a primeras horas que conforme pasaba el día desaparecieron tornandose en una jornada marcada por el buen tiempo.
Los cementerios segovianos de la provincia segoviana volvieron a llenarse en una jornada que estuvo marcada por la afluencia de turistas a la ciudad y a muchos de los pueblos de la provincia. Aunque provistos de paraguas para hacer frente a la lluvia con la que amaneció el día, los segovianos no perdieron su costumbre de visitar las tumbas de los más allegados y que han estado adecentando en los días previos.
En la capilla se celebró una misa a las 11 horas oficiada por el obispo, Ángel Rubio, a la que asistieron el alcalde, Pedro Arahuetes, y el concejal de Servicios Sociales, Andrés Torquemada. Por la tarde, a las 17 horas, estaba programado el rezo del rosario y preces por las distintas galerías del camposanto.
Como novedad este año, en Segovia se cuenta con un crematorio, por lo que algunas de las visitas al columbario fueron más numerosas pues la disposición de esta infraestructura ha incrementado el número de incineraciones. Además, el Ayuntamiento ha realizado obras para mejorar esta instalación, en especial el paseo central, donde se ha instalado saneamiento y pavimentando la calle con adoquín de granito y jabre apisonado.
La mayor parte de Castilla y León amaneció con un día gris y familias enteras cargadas con ramos, centros y coronas de flores visitaron las tumbas de sus allegados, llegando a registrase atascos en las entradas de los camposantos de las ciudades más pobladas.
En Ávila, la Policía Local montó un operativo especial en la carretera de Valladolid, junto al cementerio municipal, con más de medio millar de plazas de aparcamiento habilitadas en batería para facilitar el acceso de los visitantes, además de contar con servicios especiales de autobús. Y en la capilla del camposanto se programaron varias celebraciones eucarísticas en diferentes horarios, una de ellas presidida por el obispo de Ávila, Jesús García Burillo.
En esta jornada en la que la ciudad contó con numerosos turistas, que disfrutaron de la gastronomía abulense con buñuelos y huesos de santo, algunos también se desplazaron al cementerio para recorrerlo desde el punto de vista artístico y arquitectónico, visitando panteones y mausoleos, y deteniéndose en algunas sepulturas llamativas, como la que guarda los restos de la familia Caprotti, entre otras.
También centenares de burgaleses se acercaron hasta el cementerio municipal de San José para honrar a sus familiares fallecidos en una soleada mañana que invitó a muchos a llevar flores a sus difuntos. Ramos, coronas, mensajes y hasta algún que otro dibujo infantil fueron algunos de los ‘regalos’ que los burgaleses depositaron en las miles de tumbas que jalonan el camposanto.
No faltaron los habituales atascos ni las interminables colas para acceder al cementerio. A pesar de que muchas personas habían ido en días previos, fue la mañana de ayer la que concentró más visitantes, muchos de las cuales participaron en una misa de campaña presidida por el arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín. Como es habitual, la Corporación Municipal, encabezada por el alcalde, Javier Lacalle, depositó un centro de flores en la tumba del maestro Calleja, autor del himno a Burgos, y en el monumento que recuerda a los soldados de las Fuerzas Armadas caídos en actos de servicio.
En León, miles de personas cumplieron con la tradición de visitar las tumbas de sus fallecidos. A pesar de haber llovido con intensidad en las horas previas, la jornada amaneció con muchas nubes pero sin lluvia y con un tibio sol. Fue a última hora de la mañana cuando se intensificó la llegada de personas al cementerio, lo que provocó importantes atascos de tráfico en las cercanías de Puente Castro, ya que un año más los leoneses optaron por el vehículo particular pese al transporte urbano especial habilitado por el Ayuntamiento.
La limpieza y la decoración floral de las lápidas fueron un año más las actividades más habituales en esta jornada, si bien la compra de flores ha vuelto a descender, según los vendedores de los puestos ubicados en la entrada del camposanto, por culpa de la crisis, que se deja notar “cada año más”.
El cementerio municipal de Nuestra Señora de los Ángeles de Palencia también fue un goteo incesante de personas durante toda la jornada, que acudieron a honrar a sus difuntos de forma ininterrumpida desde las 7.45 horas de la mañana hasta las 19. Al aparcamiento ubicado junto a la carretera del camposanto solo accedieron taxis, autobuses y profesionales de venta de flores, mientras en el cercano Polígono de San Antolín se habilitaron varias zonas con aparcamientos para vehículos particulares.
El obispo de la Diócesis de Palencia, Esteban Escudero, ofició una eucaristía a las 11 horas en una amplia zona donde se dispusieron 300 sillas plegables para los fieles. A primera hora de la tarde está previsto que se realice una procesión dentro del recinto del cementerio presidida por el sacerdote de la Cofradía de Ánimas.
Miles de salmantinos cumplieron con la tradición de recordar a sus difuntos en el Día de Todos Los Santos y, a pesar de la lluvia, acudieron un año más hasta el cementerio de San Carlos Borromeo. El goteo de gente fue constante desde primera hora de la mañana y los alrededores ya lucían los puestos típicos de flores y repostería tradicional, donde se vendieron buñuelos, roscas de anís y huesitos de santo. Muchos salmantinos decidieron ir las vísperas a adecentar y adornar las tumbas de sus allegados con flores, por lo que hoy tenían un aspecto cuidado.
En el cementerio salmantino descansan ilustres personajes como el escritor y ex rector Miguel de Unamuno, el médico Filiberto Villalobos y el abogado Serafín Holgado, que murió asesinado en la llamada ‘Matanza de Atocha’.
En Soria, el tiempo acompañó en la jornada festiva de Todos los Santos y favoreció que los ciudadanos acudieran durante este día a recordar a sus difuntos aún a pesar de la amenaza de lluvia. La mayoría de los vecinos utilizó su vehículo particular para llegar al camposanto aunque el Ayuntamiento reforzó el servicio del autobús urbano.
Los sorianos optaron mayoritariamente por los claveles, gladiolos y margaritas a la hora de elaborar un ramo o un centro para los seres queridos y concentraron sobre todo sus compras en las jornadas de ayer y hoy.
Por último, en Zamora miles de personas visitaron el Cementerio de San Atilano animadas por la tregua que dio la lluvia durante toda la mañana tras caer durante la noche. Durante los últimos días, como es habitual, muchos zamoranos ya habían acudido al camposanto para arreglar y limpiar las lápidas de sus familiares y adornar las sepulturas con ramos de flores, coronas, velas y alguna candela.
Los vendedores de flores se concentraron en el aparcamiento para intentar mejorar sus cifras de ventas en uno de los días más importantes para el sector. Después de la eucaristía celebrada en la capilla en memoria de los difuntos, tuvo lugar la tradicional procesión de la Cofradía de las Ánimas de San Atilano, cuyos integrantes rezaron el rosario mientras recorrían las calles del propio cementerio.