nombre de este pueblo de Segovia

Si nos dejamos guiar por las apariencias nos podemos equivocar, porque el nombre de este pueblo de Segovia, cuando menos curioso y que, además, no siempre se escribe bien, no responde a la realidad actual.

Así, podemos encontrarnos con Tres Casas o Trescasas, que es el nombre correcto de esta localidad segoviana que está muy cerca de la capital segoviana. Se encuentra a apenas 10 kilómetros y, aunque no ha crecido tanto como otros municipios de la zona de influencia de la capital segoviana, no tiene tres casas. Ni mucho menos.

Es más, puede presumir de ser el municipio segoviano con mayor renta. De hecho, la renta en Trescasas asciende a 33.986 euros, lo que le convierte en el municipio segoviano más rico.

«Trescasianos»

Trescasas imita al norte con Espirdo, Cabanillas del Monte y Torrecaballeros. Al sur, con Palazuelos de Eresma, al este con la provincia de Madrid y al oeste con La Lastrilla y San Cristóbal.

«Trescasas aparece vinculado a los pueblos de la Vera de la Sierra, desde El Espinar a Sotosalbos, a través de un Privilegio Real de Alfonso XI de 1347. también aparece vinculado en 1397 al Monasterio de Santa María del Paular y también está vinculado a Palazuelos, Tabanera, Sonsoto, San Cristóbal y Ojalvilla (La Lastrilla), con Agriones y Aragoneses vinculado a la Cacera del Cambrones y a la Noble Junta de Cabezuelas. Ordenanzas de la Cacera de 1401″, subraya también este organismo.

¿Qué ver en Trescasas?

El Ayuntamiento de Trescasas destaca en su página web la «iglesia dedicada a la Inmaculada Concepción, localizada en una agradable campa delimitada por recios mojones de granito; sobrio edificio neoclásico con bóveda de cañón y lunetos en la nave, en cuyo interior hay siete sencillos retablos barrocos que poseen otras tantas grandes pinturas sobre lienzo, seis de las cuales fueron obras de Ramón Bayeu, cuñado de Goya, así como el del altar mayor que fue regalo del propio rey Carlos III».
También «las ruinas que recuerdan aquellos edificios del Paular que durante años registraron una importante actividad en un pueblo en el que la relación con la nobleza va más allá de la iglesia que el rey Carlos III. Pues en el siglo XIX, todos sus vecinos se empleaban además en el transporte de maderas, ganados y lanas de esos esquileos a la Corte».
Y, además, la ermita dedicada al Apóstol Santiago. Está situada «en el paraje denominado el Salio de Trescasas, a escasos metros del cordel que baja directamente de la Cañada de la Vera de la Sierra a los Esquileos del Paular».

Se trataba de una construcción pequeña, añade el consistorio, de estilo románico, «cosa, por otro lado, nada extraña, ya que la Vera de la Sierra está jalonada de ermitas de este estilo arquitectónico».