El pasado sábado, 11 de juntio, desde las 20:16 y hasta las 02:16 de la madrugada, las calles de Segovia se llenaron de personas que querían disfrutar, por quinto año consecutivo, de la Noche de Luna Llena, una velada cultural que convierte a la ciudad en un gran escenario donde ocurren cosas a cada paso y que fomenta la participación del público.
La organizadora de la Noche de Luna Llena, la Oficina Segovia 2016, vuelve a hacer un balance muy positivo de esta velada a la que estima que se han acercado más de 6.000 personas para participar en las 32 actividades que se le proponían.
El comisario invitado de la Noche, Rafael Doctor, ha destacado la idónea dimensión urbana y humana de Segovia para un evento de estas características, haciendo accesibles todas las actividades y recibiendo por parte del público una respuesta muy cálida que ha sido percibida igualmente por los artistas.
En esta edición de la Noche de Luna Llena primaba el juego, la imagen y las grandes instalaciones. La noche comenzó a los pies del acueducto con la llegada de los corredores de la carrera ‘2790 metros’ ideada por el artista Juan Zamora en función de la distancia que recorre el acueducto en su paso por la ciudad. 250 corredores tomaban la salida a las 20:00 horas en el Paseo de la Alameda del Parral. Entre los participantes había desde corredores profesionales que competían por el premio de 250 euros hasta padres con niños pequeños. Todos cubrieron la distancia de 2790 metros en pocos minutos y llegaban a meta pasando por los arcos del acueducto de Segovia. El ganador en categoría masculina fue Youness Ait Hadi, y en categoría femenina, Azeb Shewamare.
Y después de estas palabras comenzaba desde la terraza de Santa Columba una auténtica lluvia de alrededor de 12.000 balones inflados de aire de diferentes colores. Los balones caían hasta una Plaza del Azoguejo abarrotada (la organización calcula que podría haber alrededor de 1400 personas), que ante esta sorpresiva lluvia empezaron a jugar con los balones en un combate que se alargó durante 45 minutos. Durante este tiempo niños y mayores pudieron disfrutar con este juego, configurando una bonita estampa con el acueducto como escenario.
Tras este juego, el público fue subiendo por la llamada calle Real de Segovia para encontrarse con el resto de actividades. La primera, el cambio de luz que ofrecía esta calle, con las farolas cubiertas de tonalidades rojas, verdes, azules y amarillas, en función de los colores del juego Parchisi al que se podía jugar al llegar a la Plaza de San Martín. Los niños disfrutaron tirando los dados gigantes e iluminados por esta plaza característica de Segovia.
Pero antes también habían podido recordar juegos populares como la comba, la goma o la peonza en la Plaza de La Alhóndiga. O realizar un collage mano a mano con Julio Falagán en la Casa de los Picos, a partir de una base propuesta por el artista. El cuadro final era firmado por Falagán y por el público, que se llevaba su copia. A lo largo del recorrido de la arteria más transitada en Segovia, los hombres-anuncio de la acción ‘Flâneur’ de Fast Gallery se pasearon durante toda la noche llamando la atención con su original presentación de las fotografías expuestas.
Gran parte del público se dirigió al Paseo del Salón a contemplar y a votar sus estatuas vivientes preferidas dentro del primer concurso que se convoca en Segovia dentro de esta disciplina. Se recogieron un total de 3.000 votos, que dieron el premio del jurado popular a la estatua ‘Los gemelos petrificados’ de Favian Bernard Kornreich. Los dos accesit fueron para ‘Shirail’ de Carina Andrea Valderrama y ‘Homenaje al minero’ de Francisco Javier Gasques.
En el entorno de la Plaza de San Martín también llamaron la atención la proyección Tetravatio sobre la fachada de la iglesia románica del mismo nombre. Y la instalación de José María Moro en el patio del Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente recibió continuos visitantes, que además pudieron contar con las explicaciones dadas por el propio artista.
La proyección ‘El muro de las emociones’ que se podía ver en el patio del Torreón de Lozoya se convirtió en un espacio intimista en el que los que se acercaron pudieron ver imágenes proyectadas sobre una pared de hielo que se iba derritiendo a lo largo de la Noche.
La Plaza Mayor fue otro de los puntos neurálgicos de la Noche de Luna Llena. En él se celebraba el Mercado Ecológico, un espacio que quería acercar la agricultura ecológica al público en un marco cultural como es esta velada. Hubo charlas de distintos productores ecológicos y también de promotores de la vida rural a través del arte, como CampoAdentro. Pero también se vendían productos ecológicos de los que el público pudo aprender mucho. El artista Raúl Bravo propuso la construcción entre todos de ‘Boldos’, esculturas hechas con frutas y verduras. Sobre la estructura de ocho cabezas, el público iba colocando las hortalizas hasta llegar al resultado final. Además se pudo degustar un arroz hecho con verduras y pollo ecológico que, en opinión de las 400 personas que lo probaron, estaba delicioso. Y todo estuvo acompañado de la música ambiente de la DJ Lady Chaos.
En la sala de exposiciones del Teatro Juan Bravo el pintor Jorge Bayo hizo retratos de las personas que iban pasando por la sala, retratos incompletos porque, como él mismo explicó, le gusta que sea el propio retratado el que complete con su imaginación su propia imagen. La gastronomía europea estuvo presente de la mano de las tapas elaboradas con ingredientes típicos de los países del continente por parte de los bares y restaurantes de la ciudad, que en muchas ocasiones agotaron sus existencias.
En la Plaza de San Esteban los paseantes pudieron contemplar las imágenes de los árboles proyectadas sobre la torre de la Iglesia de San Esteban y el Palacio Episcopal, en un ambiente mágico diseñado para la Cisterna Basílica de Estambul. Y también sorprendían a los paseantes en su camino los retratos de personas anónimas de Pierre Gonnord, proyectados sobre una de las fachadas de la catedral de Segovia, con el comentario generalizado de su gran calidad. En otra de las fachadas del templo se podía ver la imagen del joven del vídeo ‘Beauty’ de Carmela García.
Cerca de la catedral, en la Plaza de San Geroteo, los asistentes a la Noche gozaron con las micropoesías de la micropoetisa Ajo, acompañada por la música de Judith Farrés. Esta plaza se estrenaba como espacio de la Noche de Luna Llena, y resultó muy adecuado. La Casa-Museo de Antonio Machado fue el escenario para otra vídeo-proyección, la de las originales historias de la artista Ruth Gómez y sus personajes en los que predomina el color rosa. Mientras esta actividad tenía lugar en el patio, las estancias de la vivienda donde habitó el poeta en los trece años que pasó en Segovia fueron muy concurridas durante toda la noche.
La literatura y la solidaridad también han estado presentes de la mano de la librería Aida Books&More, que ha sacado sus libros a la calle a un precio de 2,016 euros. En la calle Luis Felipe Peñalosa, espacio que se ha utilizado por primera vez, hubo gente durante toda la noche buscando los libros solidarios, y también en el edificio anexo, un espacio vacío cuyas paredes mostraban el resultado pictórico del diálogo mantenido entre los artistas Enrique Marty y Antonio Ballester.
Cerca de aquí, en la iglesia de San Juan de los Caballeros, tuvieron lugar dos conciertos. A las 20:16, el del Coro de Cámara de la Universidad de Oslo, que complació a los asistentes con su repertorio variado que va desde madrigales del Renacimiento a la música contemporánea, pasando por el pop y el rock. Y a las 22:00 fue el turno del piano del colombiano Alberto Parachini.
Otro de los espacios que se utilizaban por primera vez dentro de esta Noche de Luna Llena fue la Casa de la Moneda. En ella tuvo lugar un ambigú en el alrededor de 500 personas pudieron disfrutar de un ambiente muy agradable mientras tomaban una consumición y escuchaban el jazz de Daniel Cano Quintet en este edificio recién restaurado que se encuentra a orillas del río Eresma.
En la otra orilla del río en el día de ayer el flujo de público a la Carpa Mirazozo era continuo desde el momento de su apertura, a las 16:00 horas. Durante tres días esta gran carpa de luz y color ha abierto al público sus pasillos interiores, permitiéndoles una experiencia única. Se calcula que unas 2.000 personas han podido disfrutar de esta original recreación de un bazar construido por Architects of the Air. A partir de las 22:00 de ayer, su interior se cerró para dar lugar a un espectáculo de luz que se podía ver desde el exterior.
Y el cierre de la Noche de Luna Llena se produjo a la 01:16 horas en la Plaza Mayor, donde DJ Tolo pinchó éxitos actuales y pasados hasta las 02:16 horas. Fuera de la ciudad de Segovia, en el Real Sitio de San Ildefonso, la galería arteSonado sigue actuando como extensión de la Noche de Luna Llena. Ayer propuso a los asistentes dedicar un brindis y un baile a la luna en honor de la candidatura Segovia 2016, y con el tarot de Pilar San Pablo invocaron a los hados para que iluminen al jurado en su decisión de qué ciudad debe ser finalmente Capitalidad Europea de la Cultura.