Tradicionalmente se ha advertido que los centros de las ciudades históricas se envejecen. Sin embargo, en Segovia la despoblación también afecta a los más ancianos. Una de las escasas residencias de mayores que había en la zona intramuros cerrará en las próximas semanas. A ello se suman los anunciados cierres de dos colegios de educación infantil.

Según se ha puesto de manifiesto estos días en unas jornadas sobre urbanismo, el recinto amurallado pierde cada año 80 habitantes, y en una década sus residentes han descendido en más de una tercera parte. Todo ello amenaza la permanencia prolongada de las 2.500 personas que están empadronadas en el núcleo de la capital del Acueducto.

Esta sangría de población estable contrasta con las previsiones de los expertos, que han advertido de que si actualmente visitan la ciudad más de un millón de turistas, en pocos años esta cifra se duplicará y alcanzará los niveles de afluencia que ya registran otras capitales similares, como Toledo. Más del 30 por ciento de sus habitantes son personas mayores, pero además este mes se cierra una residencia geriátrica donde vivían casi 30 ancianos.

Dos colegios situados en el recinto amurallado han anunciado su marcha del centro urbano. Tanto el colegio de las Madres Jesuitinas como el de las Concepcionistas ya han puesto en marcha medidas para llevar a cabo el cierre de los centros educativos y su traslado a otro punto de la ciudad o a otra localidad, lo que supondrá una nueva amenaza para la vitalidad diaria de las viejas calles segovianas.

“Segovia es una ciudad cada vez más visitada y menos vivida”, aseguró el presidente del Colegio de Arquitectos, Juan Antonio Miranda, en las jornadas que organizó el diario El Adelantado de Segovia sobre el Plan Especial de las Áreas Históricas (PEAHIS), que se encuentra en fase de tramitación. Sus promotores aspiran a conseguir el equilibrio entre la necesidad de revitalizar la ciudad con la preservación de su rico patrimonio histórico, monumental y paisajístico.

 

Menos ancianos

En el casco más antiguo residen unas 2.500 personas. El presidente de los arquitectos sostiene que deben tomarse medidas para frenar la “lenta agonía” de Segovia, que, según dijo, sigue perdiendo población, pese a ser la provincia que más ha crecido en términos relativos. De forma paralela se han cerrado numerosos comercios tradicionales.

La arquitecta Paula Alonso incide en las ‘amenazas’ que pesan sobre el recinto amurallado como la preponderancia del sector terciario y el ‘fachadismo’ o el riesgo de convertir el casco antiguo en un ‘parque temático’ para los turistas, en lugar de fomentar la actividad ciudadana. De este modo se puede convertir una ciudad agitada por turistas de día, en un lugar lúgubre e inhóspito por las noches.

La última noticia negativa que confirma esta tendencia la ha protagonizado la residencia geriátrica ASER que en los próximos días cerrará sus puertas. El grupo titular prevé la clausura definitiva del centro a finales del mes de marzo. Las familias de los residentes se han encargado del traslado de los ancianos hacia nuevos centros o a sus domicilios, una vez que la empresa comunicó el cierre de la residencia ubicada en la calle Doctor Velasco, junto a la muralla.

Además de a los ancianos y a sus familias el cierre también afecta a los 28 trabajadores que había en la residencia y que pierden su empleo. Pero sus responsables anuncian que abrirán otro centro próximamente en una localidad del área metropolitana, precisamente la zona a la que han emigrado muchos matrimonios jóvenes en los últimos años.

 

El debate sobre el tráfico

Con estas perspectivas se está replanteando lo que durante años ha parecido una tendencia inevitable. Ahora se cuestiona la peatonalización del centro y la eliminación progresiva del tráfico rodado. Al menos así se tiene programado hasta que el Plan Especial de las Áreas Históricas (Peahis) vea algunos de sus resultados. Contempla la creación de una amplia red de aparcamientos subterráneos y dos túneles para aliviar la presión actual del tráfico del centro de la ciudad, que registra 15.000 trayectos de vehículos diarios.

Ahora se da la paradoja de que los residentes en el centro deben coger el turismo para desplazarse a hacer las compras a las grandes superficies comerciales situadas en el exterior de la ciudad. Hace tiempo que desaparecieron también las salas de cine y sólo quedan junto a los grandes centros del extrarradio.

El redactor del Peahis y jefe municipal de Urbanismo del Ayuntamiento, Manuel Marcos, recuerda que la ciudad precisa entre 4.000 y 5.000 plazas de aparcamiento. Por ello se contempla la construcción de dos aparcamientos ‘disuasorios’ en el exterior y enfocados principalmente al visitante, desde los que se podrá acceder al resto de la ciudad mediante transporte público. Se ubicarán junto al Hospital General y en el subsuelo de la avenida de Vía Roma. En sus cercanías desembocaría uno de los túneles proyectados. El segundo túnel que se proyecta persigue solucionar la frecuente saturación de vehículos en el itinerario que conforman las calles Antonio Machado, Ortiz de Paz, la Plaza Alto de Los Leones de Castilla y Coronel Rexach. El túnel conectaría la calle Santo Tomás y la avenida Padre Claret; o, en su caso, en función del futuro estudio de la infraestructura, la calle Antonio Machado y la Plaza Alto de los Leones de Castilla.

Junto al casco histórico, el Plan prevé el polémico aparcamiento de Los Tilos, a pocos metros de la muralla de la ciudad. Pero también ubica otros aparcamientos públicos, pero el único que está próximo a ver el final de las obras es el asociación al hotel Doña Juana, situado bajo el antiguo convento de las Oblatas, con unas 450 plazas, que las distribuirá entre los clientes del establecimiento hostelero, para rotación y para residentes. Pero tal como está la situación económica de los municipios, nadie apuesta por marcar una fecha para anunciar la peatonalización del recinto amurallado.

 

Sin acuerdos

Pedro Montarelo, residente en el centro y presidente de la Asociación Amigos del Patrimonio, sostiene que el Plan para el recinto histórico no contempla la creación de servicios básicos para un posible aumento de población. “La auténtica revitalización del recinto amurallado y arrabales históricos precisa de medidas correctoras que fomenten el asentamiento de población vecinal, comercio, y dotaciones de barrio”, afirma Montarelo, quien añade que el Peahis “continúa permitiendo el cambio de uso residencial a terciario y no propone incentivos fiscales que fijen población”. El centro ha quedado para oficinas administrativas, tiendas de ‘souvenirs’ y establecimientos hosteleros.

Todas estas consideraciones han sido recibidas ya por el Ayuntamiento, que se ha comprometido a estudiarlas. El último pleno aprobó, con el voto favorable del PSOE y la abstención del PP, el informe de resolución de reclamaciones al Peahis, el planeamiento que ordenará una amplia zona de la ciudad, desde Santa Eulalia al casco histórico. El acuerdo supone la estimación del 70 por ciento de las 141 alegaciones presentadas al documento. Los cambios derivados de esta resolución se introducirán en el Plan, que volverá a someterse a un periodo de exposición pública y de resolución de alegaciones por el plazo de un mes. En todo caso los dos grupos de la Corporación, PSOE y PP, defendieron la necesidad de que el planeamiento goce de un amplio consenso, pero se reprocharon una falta de voluntad por alcanzar este objetivo a nivel político.

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