La Confederación ASPACE (Confederación Española de Asociaciones de Atención a las Personas con Parálisis Cerebral), ha realizado un estudio sobre el impacto del COVID-19 en el Movimiento ASPACE, en el que se ha calculado que se gastaron más de 12 millones de euros para adaptar sus servicios durante los años de pandemia.
El estudio se ha realizado a partir de la recogida de información de 560 personas de diferentes entidades, mediante encuestas y entrevistas durante los años 2020 y 2021. La tasa de respuesta ha desvelado el alto impacto económico que ha supuesto la pandemia para las entidades del Movimiento Asociativo.
Este gasto ha sido derivado del «refuerzo del personal en distintos centros y servicios debido a bajas y sustituciones, del desembolso en EPIS, dispositivos electrónicos, internet y sistemas de renovación de aire, así como de la adecuación de los diferentes espacios físicos y la adaptación de los servicios a la normativa sanitaria vigente» aseguran.
Un total de 85 entidades y 230 centros han tenido que realizar un sobreesfuerzo económico para seguir atendiendo y respondiendo a las necesidades de las personas con parálisis cerebral y a sus familias.
Cabe destacar, que este gasto ha sido gestionado por las propias entidades y que «en la mayor parte de los casos, el sobreesfuerzo económico realizado por las entidades no ha venido acompañado por el apoyo de las administraciones públicas responsables de garantizar estos servicios. » comentan.
El estudio revela que las ayudas recibidas en 2020 solo cubrieron el 1,53% de los sobrecoges económicos, mientras que en 2021 pese al aumento de las ayudas respecto al año anterior, las ayudas cubrieron un 30,19% del total de los sobrecostes.
La investigación también ha estudiado el impacto emocional que ha generado la pandemia en las personas con parálisis cerebral y a su entorno, así como familiares, profesionales y voluntariado. Ha analizado cuales han sido las limitaciones y dificultades para gestionar la salud física y emocional y como ha sido la conciliación de la economía familiar el empleo.
El estudio ha revelado que su estado de ánimo se ha visto afectado considerablemente por la situación del COVID-19 en el 50,7% de las personas con parálisis cerebral. El 41,8 % asegura que ha necesitado apoyo psicológico y el 32,8% ha podido acceder a esta ayuda través de su entidad ASPACE.
En relación con los demás grupos, el COVID-19 ha afectado al estado de ánimo en el 78,1% de las familias, el 61% de profesionales, y el 64,7% del voluntariado.
Algunos de los estados emocionales más experimentados han sido: preocupación, nerviosismo, ansiedad, estrés y tristeza.