Castilla y León registró 3.673 rupturas familiares durante los nueve primeros meses de 2010, un 1,89 por ciento más que en el mismo periodo de 2009, según los datos facilitados hoy por el Instituto de Política Familiar y recabados por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Del total de rupturas en la Comunidad, el 92,6 por ciento fueron divorcios.
En el conjunto de España, entre enero y septiembre de 2010 también hubo un incremento del número de rupturas, que se situaron en 92.767, un 3,2 por ciento más, de las que 86.834 fueron divorcios, 5.813 separaciones y 120 nulidades. De las 17 comunidades autónomas, sólo en Navarra, Canarias y La Rioja se produjo un descenso, mientras que en Murcia, Extremadura y Cantabria se elevaron por encima del 10 por ciento.
Castilla y León se situó como la undécima región en la que más aumentaron las rupturas, mientras que en números absolutos ocupó la séptima plaza del conjunto de comunidades españolas. El primer lugar del ranking fue para Andalucía, con 17.359, seguida por Cataluña, con 16.817.
El portavoz y vicepresidente del Instituto de Política Familiar (IPF), Mariano Martínez-Aedo, destacó en una nota de prensa que estos datos confirman que la problemática de la ruptura familiar en España “se ha agravado de tal forma” que ni la crisis económica ni el descenso continuado del número de matrimonios han logrado contener los divorcios y separaciones.
Asimismo, remarcó que éste sigue siendo “el principal problema de las familias españolas” y que, sin embargo, las administraciones “no están haciendo prácticamente nada” para ayudar a resolverlo. Por ello, desde el IPF exigieron la derogación inmediata de la ley del divorcio exprés, que consideran “la causa principal de la escalada en el incremento de divorcios”, y que se implante una política de prevención y mediación en los casos de conflictividad y crisis de pareja a través de los centros de orientación familiar.