Las empresas castellanas y leonesas, pertenecientes al sector de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), pretenden afrontar el futuro haciendo ‘piña’, es decir, compatibilizando la cooperación y la competición empresarial con el fin de configurar un entramado basado en relaciones de colaboración para ganar mercado y presencia nacional e internacional. Para ello, un grupo de 31 compañías y siete entidades de la Comunidad están dando los primeros pasos para pilotar un ‘clúster’, que previsiblemente verá la luz durante el primer semestre de este año.
Esta iniciativa está siendo impulsada por la Federación de Asociaciones de Empresas de Tecnologías de la Información, Comunicaciones y Electrónica de Castilla y León (Aetical), que preside el leonés Tomás Castro. El nuevo ‘cluster’, que se asentará en el Parque Tecnológico de Boecillo (Valladolid), aunque involucrará a empresas y entidades de la Comunidad Autónoma, ya tiene denominación: ‘i+innovación’. Además, en la primera mitad del año, se inscribirá en los registros nacional y autonómico como Agrupación Empresarial Innovadora (AEI).
Castilla y León ya tiene experiencia en estas iniciativas. La Comunidad encabeza en la actualidad dos ‘cluster’ o Agrupación Empresarial Innovadora en el sector de la tecnología. Uno de ellos, el vinculado a la movilidad, está radicado en el parque de Boecillo (Valladolid), y es el único de estas características en España. El otro, dedicado al campo de la seguridad, está promovido por el Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (Inteco), con sede en la capital leonesa.
Esta tercera agrupación que impulsa Castilla y León pretende convertirse en un proyecto que incorpore las especializaciones que no forman parte de los otros dos ‘cluster’. Por ello, Aetical trabaja en perfilar su plan estratégico y la adhesión de diferentes empresas y entidades. De las 209 empresas que forman parte de Aetical, ‘i+innovación’ cuenta con la presencia de 38, además de instituciones como las universidades de León, Salamanca y Valladolid y de centros tecnológicos como el Cartif, que lleva a cabo proyectos relacionados con la biomasa y otras fuentes de energía alternativas.
También se sumará a este nuevo ‘cluster’, todavía ‘non nato’, el Inteco, el Centro de Supercomputación de Castilla y León o el Centro de Referencia Estatal (CRE) en Discapacidad de San Andrés del Rabanedo (León), Cedetel y la Universidad de Valladolid. El presidente de Aetical no oculta su deseo de que en este colectivo puedan incluirse también empresas de renombre del sector de la alimentación, como Pascual o Gullón. Tomás Castro explicó que existe un área de investigación para las TIC sobre aquellos dispositivos capaces de mejorar la producción, el control del almacenaje o de las comunicaciones.
Ésa será la “foto final” de una aspiración que Aetical espera que se materialice en los próximos meses, sumando empresas interesadas en la innovación y la investigación con el objetivo de afrontar en proyectos, no sólo de carácter autonómico, sino también de ámbito nacional e incluso internacional. De esta forma, Castilla y León dispondría de un ‘cluster’ TIC especializado en seguridad, otro en movilidad y otro con distintas especialidades, como el desarrollo de software avanzado, sistemas GIS (información geográfica), tecnologías asistivas y sanitarias o contenidos digitales.
Unión y concentración
La postura de Aetical en relación a este nuevo ‘cluster’ es clara. Defiende que esté “abierto” a la participación de empresas llegadas incluso desde fuera de Castilla y León, algo que permitirá “enriquecer los conocimientos” de sus integrantes. El futuro de esta agrupación es todavía incierto. No obstante, el nuevo ‘cluster’, que gesta la Comunidad, podría unirse con el veterano en movilidad, aunque todo dependerá de la posibilidad de modificar el plan estratégico de esta agrupación.
De lo contrario, convivirían los tres ‘cluster’ hasta dentro de un año y medio, momento en el que espira la vigencia del actual plan estratégico de la AEI de movilidad. A partir de entonces, Aetical piensa en modificar esta asociación para incluir al más benjamín. Desde la aparición de este tipo de agrupaciones, el número de ‘cluster’ en España se ha incrementado de manera muy notable, aunque la tendencia actual es la concentración.
Precisamente la creación de un alto número de ‘cluster’ hace que no pueda hablarse de un referente TIC a nivel nacional. Sin embargo, la colaboración entre comunidades autónomas es una posibilidad que en algunos casos ya se está llevando a cabo, algo que permite a juicio de Castro trabajar “más rápido” y potenciar la investigación acerca de una especialización concreta.
Miedos a la colaboración
Castro alertó de que Castilla y León no está del todo preparada para asentar entre su tejido empresarial este sistema de colaboración. En su opinión, en la Comunidad es necesario “quitar los miedos” al hecho de colaborar compitiendo. “No hemos aprendido a respetarnos como competidores y a colaborar en los puntos que son interesantes”, explica Castro, que considera que “una cosa es competir en el mercado y otra colaborar para beneficiarnos mutuamente”, un paso que “no sabemos dar”.
Para Castro, todavía falta “tiempo” y “esfuerzo” para sensibilizar y convencer a los empresarios porque todas las actuaciones colaborativas son “interesantes” y los proyectos realizados en conjunto desde Aetical han resultado siempre “exitosos”, a pesar de las dificultades que puedan surgir. Durante el pasado año, se presentaron en Castilla y León cuatro proyectos colaborativos, mientras que un año antes fueron únicamente dos, y 89 independientes.
Así, la facturación por proyectos colaborativos no alcanzó los 140.000 euros en el sector, mientras que esta cantidad asciende hasta los 2,9 millones en proyectos no colaborativos.
‘Cluster’ en movilidad
El ‘cluster’ de movilidad, el primero especializado en tecnologías de movilidad en España, está dirigido desde el Centro de Innovación en Movilidad (CIM), ubicado en el Parque Tecnológico de la localidad de Boecillo (Valladolid). En él participan más de una treintena de empresas españolas, la mitad de ellas de Castilla y León, pero también de Madrid, Navarra, País Vasco, Cantabria, Cataluña, Comunidad Valenciana y Murcia. Entre ellas representan el 30 por ciento de la facturación del negocio de software de movilidad empresarial de España.
El CIM ha ofrecido servicios que facilitan el desarrollo de aplicaciones en movilidad basados en tecnología Microsoft, ofreciendo formación, pre-certificación de aplicaciones, consultoría y asesoría técnica a las TIC, así como verificando y homologando la calidad de las aplicaciones de movilidad que desarrollan otras empresas.
El objetivo del centro es ayudar tanto a los clientes a adoptar soluciones de movilidad, como a las empresas a desarrollar productos y servicios basados en tecnologías móviles y a los integradores a poner en funcionamiento estas soluciones. El fin último es construir, alrededor del CIM, un Polo de Excelencia en materia de soluciones de movilidad que sea referente a nivel nacional e internacional.
‘Cluster’ en seguridad
En julio de 2009, el Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (Inteco), ubicado en León, promovió la creación de la AEI para la seguridad de redes y los sistemas de formación, en colaboración con varias empresas ubicadas en torno a las TIC de León. En concreto fuero la Universidad de León, la Cámara de Comercio e Industria, la Federación Leonesa de Empresarios (Fele), el Círculo Empresarial Leonés (CEL), la Asociación Provincial de Empresarios de Informática y Nuevas Tecnologías de León (Apeintel) y la Asociación Leonesa de Empresas de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Aletic), quienes impulsaron este proyecto.
La creación de esta agrupación responde a la necesidad de dar un paso más para la creación de un polo de desarrollo del sector TIC en León. Los proyectos liderados por este colectivo se refieren fundamentalmente a seguridad, accesibilidad, calidad de software, centro de excelencia SAP, desarrollo de servicios interactivos de TDT, factoría de software para clientes corporativos, formación de consultores y control de tráfico aéreo o simulación de vuelo.
Inteco favorece la llegada de nuevas empresas. Mientras tanto, varios organismos de la provincia y empresas como Indra, GMV, S21Sec, Telvent, Mnemo, Proconsi, Tecnosylva, Accenture Outsourcing Services, Xeridia o Grupo Alma, ya forman parte de esta iniciativa.
Ventajas y dificultades
Los ‘cluster’ son fuente de ventaja competitiva para las empresas que están ubicadas en ellos, además ofrecen un entorno favorable para el desarrollo de las estrategias individuales de las empresas. Igualmente, las instituciones públicas pueden mejorar su posición en el ámbito macroeconómico al que se enfrentan, según recoge un informe de Aetical al que tuvo acceso Ical.
La cooperación, en un 85 por ciento de los casos, es la principal dificultad para el éxito de una iniciativa ‘cluster’, seguida de la operatividad de la iniciativa, con un 54 por ciento, o de la financiación, en un 23 por ciento de los casos. En cuanto a los principales obstáculos que argumentan las empresas, se encuentran la falta de creencia en la cooperación empresarial, en un 43 por ciento de los casos, la existencia de problemas con los socios, en el 36 por ciento de las ocasiones, o que no se percibe necesidad alguna de asociarse, en el 21 por ciento de los casos.
Los motivos por los que las pequeñas y medianas empresas europeas apuestan por la cooperación son la posibilidad de acceder a nuevos y mayores mercados, en un 35 por ciento de los casos, así como disponer de una provisión más amplia de productos, en un 31 por ciento, o acceder a ‘know-how’ y la tecnología, en el 28 por ciento de las ocasiones.
Por el contrario, las principales barreras para acudir a la cooperación empresarial son según el estudio facilitado por Aetical el deseo de mantener la independencia, con un 39 por ciento de los casos, seguido muy de lejos por la falta de información sobre posibles socios para la colaboración, en el 16 por ciento de las ocasiones, o el miedo a mostrar información sensible, con un 15 por ciento. Entre las dificultades también se contemplan el riesgo implícito en la colaboración con otras empresas, los aspectos fiscales y las restricciones legales o las barreras culturales y de lenguaje.