Con motivo de la celebración del día Mundia contra el Sida, el Pleno del Ayuntamiento de Segovia ha aprobado hoy en su sesión una lucha conjunta contra esta enfermedad que afecta en el mundo a 33 millones de personas.
El objetivo de la moción pasa por instar a todos los organismos responsables de las políticas en esta área a integrar en sus actuaciones una visión global y a comprometerlos a velar para que se tomen las medidas adecuadas que eliminen el estigma y la discriminación. Por otro lado, a promover una sociedad inclusiva y cohesionada, que posibilite una toma de conciencia fomentando actuaciones que favorezcan actitudes de solidaridad y respeto de los derechos humanos de las personas que viven con el VIH y el sida y por último, a instar a todas las Administraciones responsables a continuar emprendiendo y mejorando las iniciativas y acciones socio-sanitarias dirigidas a paliar esta situación, contando con la colaboración de las entidades que trabajan día a día en el ámbito del VIH y el sida, y que conocen la realidad de forma directa.
A pesar de conseguir en la actualidad una esperanza ante esta pandemia esta enfermedad sigue llevándose a más de mil personas anualmente en nuestro país, y se producen casi tres mil nuevos diagnósticos cada año. En el mundo existen 33 millones de personas que viven con VIH y sida, siendo más del 50% mujeres con edades comprendidas entre los 15 y los 49 años. Estas cifras demuestran la feminización de la pandemia, requiriendo la mujer una atención especial.
Sólo en un año se producen más de 2,7 millones de nuevas infecciones y dos millones de personas fallecen por esta causa. En el África Subsahariana se concentra el 70% de esas muertes, pero Europa del Este y Asia tienen, a día de hoy, el crecimiento más rápido. El 45% de las nuevas infecciones afecta a jóvenes entre los 15 y los 24 años, y tampoco se está logrando disminuir, sino que se incrementa la transmisión de madres a hijos pese a que existen herramientas para controlar ese tipo de transmisión.
Actualmente nos hallamos ante posibles avances que marcan un futuro esperanzador en cuanto a tratamientos, pero continúan existiendo personas para las que estas nuevas oportunidades son casi inaccesibles, ya sea porque la evolución de la enfermedad ha generado un deterioro físico importante o por encontrarse en una situación de exclusión y marginación social que les dificulta un acceso en igualdad de condiciones.
Asistimos a un gran progreso farmacológico que en teoría permite a las personas que viven con VIH y sida desarrollar su vida y posibilitar su plena integración en la sociedad, pero lamentablemente se encuentran ante un clima de tensión donde los prejuicios, el estigma y la discriminación asociados al VIH merman sus oportunidades de acceso a la plena ciudadanía, manteniéndose latente en ocasiones la vulneración de sus derechos.
Aunque sorprendete, el hecho de ser una persona transexual u homosexual, estar privado de libertad, ser una persona dependiente de las drogas, o ejercer la prostitución; estar en el umbral de la pobreza o ser mujer, aboca a las personas a una mayor vulnerabilidad, ya que esta situación les otorga una doble discriminación en muchos casos, donde sus Derechos son medidos por su condición social o personal. Los Derechos Humanos y la salud pública comparten el objetivo común de promover y proteger la salud y el bienestar de las personas, garantizando el acceso a los servicios en igualdad de condiciones, a la información, a la educación y capacitación, así como al conocimiento de sus derechos.
Son necesarias acciones políticas dirigidas a solucionar los problemas de homofobia, xenofobia y violencia de género. También es necesario asegurar que las políticas dirigidas a proporcionar una respuesta al sida, como las políticas que regulan la migración, el consumo de drogas y el trabajo sexual sean coherentes y estén coordinadas.