(Texto de @goyofermoselle)
Somos pocos. Estamos ahí, en una esquina a la izquierda. En un mapa muchos ni siquiera sabrían ubicarnos.
Sin embargo, esta es la tierra en la que nací, en la que están mis raíces, aunque luego la vida me llevara por otros lugares.
Ese es el sino del zamorano. Nace en Zamora, pero luego te los encuentras en cualquier parte del mundo.
En el último mes, en esta pequeña provincia han ardido miles de hectáreas. Y ha conseguido rescatar la atención de los grandes medios y alguna que otra conversación de bar.
‘Dicen que Zamora se quema’, mientras pasan la página del periódico que observan con desgana.
Los incendios, el fuego, el humo te hipnotizan. Se meten dentro de ti y te desgarran.
No vengo aquí a comparar. Solo pido el mismo trato que cuando a los palmeros un volcán les quebró la vida hace pocos meses.
Parecía entonces que todo se paraba, que todo eran buenas intenciones para con esa gente que perdía todo por la acción de la naturaleza. Y bien estaba. Y era lo que había que hacer. Y compramos plátanos, participamos en colectas y contribuimos como buenamente pudimos cada uno de nosotros para ayudar.
Ayudadnos. Venid a visitarnos. Comprad miel, setas, vinos, licores, embutidos, quesos, carnes… Hay mucha gente que ha perdido su medio de vida al ver arder su bosque y su monte.
Zamora me duele del mismo modo que me dolía La Palma. Seguro que a ti también.
PD: La foto no sé de quién es. Me ha llndio se veía desde la ciudad. Un incendio a 50 kilómetros. Imaginad la magnitud.