Un millón de euros para el castillo de Turégano, entre los 500.000 euros de subvención directa concedida al Ayuntamiento de la villa segoviana por la Junta de Castilla y León y los 467.474,76 euros del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, con cargo al 1,5 por ciento Cultural.
Esta cuantía se invertirá en la fortaleza dentro de un importante hito arquitectónico, urbanístico y cultural por su impronta y presencia en el núcleo urbano.
Intervención en el castillo de Turégano
La intervención subvencionada se centra en la adecuación funcional del castillo e iglesia como punto de encuentro e iniciativas de Turégano. También afecta a los espacios auxiliares que refuerzan esa adecuación. Se centra, fundamentalmente, en resolver la dotación de servicios complementarios. También en la consolidación de pavimentos y paramentos que presentan un obstáculo o peligro para los usuarios. Además, contempla la organización de los espacios existentes como receptores de nuevas actividades culturales.
Además, con estas obras se habilitan alguno de los espacios adyacentes situados en el interior del perímetro de protección. En este caso, el objetivo es facilitar la accesibilidad, el aparcamiento de vehículos privados y el estacionamiento temporal de vehículos de transporte público.
Dinamización de Turégano
El proyecto en ejecución en el Castillo-Iglesia de Turégano es una propuesta incluida en el Plan Estratégico de Valoración Arquitectónica y de Dinamización Cultural del municipio. El objetivo principal es la revitalización del tejido económico y social de esta villa. Esta dinamización se fundamenta, sobre todo, el uso y gestión sostenible de sus recursos paisajísticos y ambientales, arquitectónicos, turísticos y culturales.
El monumental castillo de Turégano
El Castillo de Turégano, declarado Bien de Interés Cultural desde 1931, es el bien patrimonial más visitado de la localidad, importante hito arquitectónico, urbanístico y cultural por su impronta y presencia sobre el núcleo urbano.
De origen celtibérico, se reconstruyó en el siglo XV convirtiéndose en casa-fuerte de los obispos segovianos señores de esta villa, quienes aprovecharon la primitiva capilla de San Miguel del siglo XII, ensanchándola a costa del patio de armas de la fortaleza. Esta obra otorgó al castillo su fisonomía actual y lo convirtió en un monumento singular por la fusión fortaleza-iglesia.
La iglesia románica de San Miguel, incluida en el conjunto, tiene planta rectangular con torres cilíndricas con barbacanas y almenas y un robusto y gran torreón cuadrangular y torres de menor altura adosadas a los lados. En el interior tiene tres naves separadas por pilares con columnas adosadas en los frentes, cubiertas con bóvedas de crucería y de cañón apuntado, y cabecera con tres ábsides semicirculares reformados para elevar sobre ellos las tres torres construidas en el siglo XV.
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