Cuando uno llega nuevo de médico a Segovia lo primero que le sorprende es que aquí la gente no se fatiga, se ajigola y no se atraganta, se añusga y cuando un segoviano se encuentra mucho mejor dice….peor no estoy. Una vez superadas esas barrerillas idiomáticas, tener por fin pacientes castellanos, con los que comparto lengua y cultura es un inmenso placer.
Quedan atrás muchísimos años de tratar ingleses y fíjense que no es lo mismo. Uno de médico quiere imaginarse que cada persona que ve es un familiar querido al que hay que mimar pero cuando te hablan raro, se visten raro, comen mal y encima beben tazas de té a diestro y siniestro pues es difícil mantener el sentimiento de “ser uno de ellos”.
Los ingleses no se hacen querer, son gente que padece un cierto estreñimiento emocional, algo incompatible con la diarrea emocional típica del carácter español. No son mala gente, qué va, pero ellos se lo guisan y ellos se lo comen.
Bueno simpáticos tampoco son los segovianos, no exageremos, por lo menos no a primera vista. Hay que ir por delante con un cincelito virtual tirando barreras para llegar mas allá de la cara seria. Una vez derribado el telón de acero, se está a gusto aquí.
Segovia te atrapa, te encandila, te sorprende con el color tan azul de su cielo, la mujer muerta (que digo yo por cierto si alguien sabe si la pobre señora murió de ascitis o de complicaciones del embarazo), la gente recia, el privilegio de su eterno acueducto o su intensa vida cultural. Ya solo por el lujo de Titirimundi o del Hay Festival, Segovia engancha.
Y luego está la situación geográfica, claro. Estaciones de esquí, Madrid y Valladolid a tiro de piedra (cuidadito esas cabezas que no queremos brechas) con autovías nuevecitas y un tren de estos que te lanza a la capital en lo que te lees medio periódico. Bueno que lo que sí echo de menos es alguna calle planita, sin escalones o cuestas que a veces se le hace a uno esto excesivamente….. cardiosaludable. No, no es que le de yo al footing (solo corro si me persigue un perro) pero voy andando a todos los lados, por cierto una ventaja mas de esta ciudad.
En fin, que Segovia es ahora un poquito mía y si no me dicen lo contrario, en Segoviaudaz.es tendremos de vez en cuando nuestra cita. Y aprovecho para hacer una mencioncita precisamente a este increíble proyecto de Segoviaudaz.es, una manera de informar que se sale de los cauces tradicionales y desborda con un aire fresco nuestras pantallas, simplemente genial.