La Federación de Industria de UGT dió hoy la voz de alarma ante la “gravísima” situación a la que se enfrenta el sector de la automoción en nuestro país debido a la crisis de la Covid-19. Su secretario general, Pedro Hojas, expuso este jueves en rueda de prensa algunas de las medidas que reclaman para el sector que se encuentra en un momento de “tormenta perfecta” dijo, para un sector que representa más del 10 por ciento del Producto Interior Bruto nacional.
Hojas instó al Ministerio de Industria y a las administraciones autonómicas a adoptar de manera urgente medidas ante una situación de producción prácticamente paralizada por la falta de demanda. Es por eso que, en el corto plazo, solicitó la extensión de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTEs), más allá del 30 de junio porque “se nos queda escaso”, aseguró. El líder sindical explicó que sería ideal poder acompañar a las empresas con esos ERTEs en la desescalada de forma progresiva, de manera que se vayan reduciendo las ayudas según vayan transcurriendo los meses hasta llegar al 31 de diciembre, que es la fecha que barajan las industrias para alcanzar cierta normalidad en el desarrollo de su actividad, informó.
Pero más en el medio y largo plazo, Hojas reparó en la necesidad de recurrir a ayudas públicas tanto para la incentivación de la demanda como de apoyo directo al sector con inversiones, y puso el ejemplo de Francia, donde el Gobierno ha decidido apoyar a Renault con 5.000 millones de euros, si bien a cambio de nacionalizar la producción, algo que rechazó de plano el secretario general de FICA UGT por tratarse de un “nacionalismo mal entendido” que podría tener como consecuencia la deslocalización de la industria. Es por eso que pidió al Gobierno de España y a la Unión Europea frenar este tipo de prácticas para no generar un “dumping social” cuando “nuestras plantas son de las más competitivas”.
Hojas recordó que en España existen 7 plantas de empresas del país vecino, 4 de Renault y 3 del Grupo PSA, por lo que lamentó que “una de nuestras debilidades es que en nuestro país no están los centros de decisión” de estas compañías. De modo que animó a “trabajar unidos” como se hizo en la crisis de 2008 y demostrar que “somos competitivos”.
El líder sindical destacó que España es un país que “se juega muchísimo” en este sector y ante el que “tenemos que generar ese entorno amable para las empresas”. También llamó al Ministerio a “pasar de las buenas palabras a los hechos” y facilitar esas ayudas, también fiscales, para hacer que el sector siga siendo atractivo para las empresas.
Al mismo tiempo reclamó que las ayudas a la fabricación “no deberían hacer distinción en el modo de propulsión de los vehículos”. “No podemos hacer excepciones” insistió ya que consideró necesario primar los vehículos que se fabrican en nuestro país, y no destinar las ayudas únicamente al vehículo eléctrico, cuya fabricación aún no está madura en España.
Preguntado por la situación en Castilla y León, donde hay instaladas tres potentes firmas (Renault en Valladolid y Palencia, Nissan en Ávila e Iveco en Valladolid), y donde se fabrican hasta el 20 por ciento del total de vehículos del país, Pedro Hojas advirtió que puede ser una de las comunidades más afectadas por esta situación porque, según expresó, “si el sector de la automoción estornuda, en Castilla y León el resfriado va a ser tremendo”. Como consecuencia apuntó que “necesitamos que las administraciones autonómicas tomen medidas” para apoyar a un sector con “un peso muy fuerte”.
Hojas comenzó su intervención celebrada en la sede del sindicato en Madrid reclamando al Ejecutivo que abone “de una vez por todas” las cantidades derivadas de los ERTEs que no están llegando a los trabajadores después de dos meses. “Ya no hay disculpas, los trabajadores necesitan cobrar” proclamó.
También se refirió, preguntado por los medios de comunicación, a la polémica con la derogación de la reforma laboral desatada en el día de ayer con el acuerdo del Gobierno con EH Bildu en el Congreso. Hojas recordó que están de acuerdo en el fondo del acuerdo, que es derogar la reforma laboral del año 2012, pero consideró que “las formas son mejorables y deberían evitar este ruido mediático que no van a facilitar el diálogo”. En este sentido observó que “lo que dicta el sentido común es que cualquier noticia relacionada debiera llevarse a través de las mesas del diálogo social”. Sí se mostró muy crítico con la CEOE y con su comunicado, y recordó a la patronal que aquella reforma del PP tampoco pasó por la mesa del diálogo social “y la CEOE no dijo ni mú, por lo tanto fariseos y falsedades las justas”, reprochó.