Vía XXIV
Por Emilio from Madrid, España - Calzada Romana, CC BY-SA 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=65345661

El corazón de la Sierra de Guadarrama guarda uno de los secretos mejor conservados del legado romano en la provincia de Segovia. Se trata de la antigua Vía XXIV del Itinerario de Antonino, una calzada que unía Emérita Augusta (actual Mérida) con Caesaraugusta (Zaragoza), pasando por Segovia y Cauca (Coca), entre otras localidades.

Esta fue en otra época una arteria estratégica para el comercio, las tropas y los correos imperiales. Actualmente es un bello sendero para excursionistas y amantes del deporte, ideal para senderismo o BTT, con puntos informativos sobre la antigua ingeniería romana y con puntos verdes en algunos árboles para señalizar el camino.

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El tramo más visible en la provincia de Segovia se inicia en el Área Recreativa de la Panera, cerca de Revenga, y asciende hacia el Puerto de la Fuenfría por una ruta de dificultad media de unos 9 a 10 kilómetros (solo ida). Pero, si prefieres empezar esta ruta por la Comunidad de Madrid, puedes hacerlo desde el Valle de la Fuenfría, en el término municipal de Cercedilla.

La Vía XXIV del Itinerario de Antonino

El llamado Itinerario de Antonino es un documento de la Antigua Roma en el que aparecen recopiladas las rutas del antiguo Imperio. En él aparece recogida la Vía XXIV, una de las calzadas romanas más importantes que se conservan en la península ibérica. Se construyó excavando el suelo, colocando piedras a los laterales para marcar la Vía y añadiendo cunetas para drenar el agua.

Sin embargo, algunos estudios sostienen que esta calzada no es romana, sino que fue construida en el siglo XVI, siendo el verdadero trazado romano el que discurre por el Camino Viejo de Segovia, el cual llega también hasta el puerto de la Fuenfría.

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Sea cual sea su origen, lo cierto es que es una ruta ideal para disfrutar en la montaña, con un hermoso recorrido inundado por un bosque de pinos. Sin embargo, hay algunos tramos de la Vía que han sufrido desmejoras con el paso del tiempo, aunque la mayor parte del trazado se encuentra en buen estado de conservación, con senderos bien marcados y anchos y pistas planas.

Tal vez, entre los frondosos pinares, aún puedas percibir los ecos del antiguo Imperio.