Escuelas Campesinas de Segovia, con la colaboración de Caixa Bank y Fundación Caja Segovia, tiene en marcha un proyecto que busca paliar la pérdida de biodiversidad en los campos de cultivo para conseguir reproducir algunas de las variedades tradicionales custodiadas en el banco creado hace más de diez años por Unión de Campesinos de Segovia-UCCL, mediante técnicas que eviten la emisión de CO2 a la atmósfera. Ya se han sembrado 25 variedades en 14 municipios, en un total de 20 parcelas de control de aproximadamente diez metros cuadrados, informa Ical.

Desde Escuelas Campesinas explicaron que se enfrentan ante un problema en aumento debido a las limitaciones en el manejo de semillas por parte de los agricultores y el encarecimiento de implementar técnicas beneficiosas para la vida del suelo en sus tierras. Ahora, harán un estudio de la evolución de la cantidad de materia orgánica tras la aplicación de técnicas como: mínimo y selectivo laboreo, siembra directa, uso de cubiertas vegetales y acolchados, asociaciones de cultivos, siembra de lindes y setos y demás herramientas que ayuden a mejorar la variedad y cantidad de organismos presentes en los suelos cultivados y ecosistemas asociados a ellos.

Tras los primeros análisis de las condiciones del suelo, vieron que la media de cantidad orgánica presente en las tierras de secano es de un uno por ciento y un 1,9 por ciento para las destinadas a huerta. “Supone una urgencia aumentar estos porcentajes para mejorar la fertilidad de nuestros suelos y asegurar condiciones resistentes ante el reto del cambio climático al que se enfrenta la agricultura de especial manera”, explicaron.

Además se analizaron los principales parámetros químicos, físicos y biológicos del suelo con el fin de equilibrar sus valores, conocerlos, saber cómo medirlos y reconocer su importancia para un buen manejo de los cultivos. En la siguiente etapa de desarrollo del programa se pondrán en marcha las técnicas mencionadas y el aprendizaje del control de los principales indicadores de la calidad del suelo.

A través de asesoramientos periódicos y talleres prácticos se facilitarán el uso de los materiales proporcionados, se analizarán los mejores métodos para que estos terrenos alcancen mayores porcentajes de carbono orgánico inmovilizado a disposición de las plantas y organismos presentes en esos primeros 20cm del suelo que tanta importancia tienen.