El Museo Provincial acoge una exposición con vestigios hallados en diferentes excavaciones llevadas a cabo en la provincia de Segovia.
Las piezas allí expuestas son de la época Paleolítica, Megalítica, Edad del Bronce al Hierro, pintura rupestre, de los Castros a los Oppida, de Roma y, también, del periodo desde la Tardo Antigüedad hasta la alta Edad Media.
La muestra está compuesta por un total de 114 piezas en las que se reflejan algunos de los hitos de la investigación arqueológica más reciente en la provincia de Segovia, tanto en lo referente a los logros obtenidos por medio de las intervenciones preventivas, como a través de los estudios promovidos por instituciones científicas y universidades en algunos de los yacimientos más destacados del territorio segoviano.
La Consejería de Cultura, Turismo y Deporte apoya esta exposición, que cuenta con un presupuesto de 4.300 euros, y que acerca a los visitantes a algunos de los episodios y procesos culturales más relevantes de la Prehistoria e Historia, desde los últimos reductos utilizados para el hombre de Neandertal, hasta la conquista árabe del territorio, en la Alta Edad Media.
Hasta el próximo mes de noviembre, en que finalizará la muestra en el Museo de Segovia, los visitantes podrán conocer información esencial sobre cada uno de los lugares que dan contenido a la visita y ponen de manifiesto la singular riqueza del patrimonio arqueológico segoviano, complementada con una selección de elementos materiales que contribuyen a la caracterización y comprensión de los distintos yacimientos y fases culturales analizadas.
Etapa paleolítica y la aparición del Homo Sapiens
El yacimiento arqueológico del Abrigo del Molino ha sido uno de los protagonistas de la exposición, en el que se ha estudiado una secuencia de depósitos correspondientes a sucesivas ocupaciones por grupos de neandertales en el periodo Musteriense, durante el Paleolítico Medio. Allí, se han descubierto abundantes vestigios materiales de actividad de los grupos humanos que lo utilizaron.
Por su parte, en uno de los farallones rocosos del valle del Eresma, en las inmediaciones del monasterio del Parral y sobre el emplazamiento de la antigua ermita de Santa Ana, se localiza el yacimiento arqueológico del Abrigo de la Peña de Santana. Las excavaciones realizadas han permitido determinar la presencia más antigua conocida hasta el momento del llamado tipo de hombre moderno, Homo sapiens, en el territorio segoviano. Una de las singularidades que presenta este yacimiento es la aparición de abundantes restos de cristal de roca que tiene su localización más cercana en la cuenca del río Riaza.
En 2020 se localizó el yacimiento de Lobones / Cantos Blancos, una estructura compuesta por un sistema complejo de recintos y alineaciones definidas por grandes bloques de cuarzo procedentes de un afloramiento natural de esta roca. Aún en una fase bastante inicial de su estudio, parece incuestionable su relación con el dolmen de Santa Inés, situado a tan solo 1 kilómetro. Este monumento megalítico está siendo objeto de investigación desde el año 2018, y un claro exponente del dolmen meseteño denominado de corredor, compuesto por una cámara funeraria de planta poligonal de unos 3 metros de diámetro. Las excavaciones han permitido documentar varias fases constructivas y de modificaciones del dolmen, que se extienden en el tiempo hasta la etapa campaniforme e incluso el Bronce Medio, situación por otra parte habitual en otros monumentos de este tipo.
Del Bronce al Hierro y la pintura rupestre
Durante la exposición también se recorren los hallazgos de la Cueva de Fuente Buena (Metabuena), que ejemplifica la ocupación humana del piedemonte serrano durante la fase de la introducción de la metalurgia del cobre en esta zona. Además, se puede contemplar cómo, avanzando en la Edad del Bronce, aparece el poblado de La Peña del Moro, en Navas de Oro, ocupado hasta los inicios de la Primera Edad del Hierro. En este yacimiento se documentan los dos extremos de una secuencia evolutiva muy poco conocida en este territorio, y cobra singular importancia la fase de la transición entre las Edades del Bronce y del Hierro.
Además, la muestra también permite acercarse a la pintura rupestre esquemática del Duratón, en la que destaca el Abrigo Remacha, el último enclave de este tipo de pinturas descubierto hasta el momento y el cual se caracteriza por la existencia de una figura humana representada con dos colores, rojo y negro azulado, que constituye un ‘unicum’ entre las pinturas del Duratón.
Restos arqueológicos del 1.000 a.C hasta el siglo XI
En el recorrido de la muestra también se encuentran referencias a la continuidad del poblamiento entre la etapa de Cogotas I de la Edad del Bronce y la Primera Edad del Hierro en el valle medio del Eresma, y en la campiña de Aguilafuente, en el valle medio del Cega, y en el alto Duratón y el alto Riaza, en relación con el desarrollo de la etapa Protoceltibérica. Se puede, también, conocer detalles sobre el Cerro del Tormejón (Armuña), una elevación destacada que domina el territorio circundante y, especialmente, el valle del río Eresma desde una privilegiada posición estratégica. Por su parte, el proyecto de investigación de Sepúlverda está permitiendo abordar la evolución de la población en la etapa protohistórica con la mirada puesta en los Cerros de Somosierra y Castrogoda.
El yacimiento arqueológico del Cerro de Los Almadenes, en Otero de Herreros, también cuenta con gran importancia como un centro de explotación de minas de cobre y de transformación metalúrgica del mineral desde la antigüedad, que se remonta al menos a la Edad del Hierro. Dentro del periodo romano, cobra gran importancia el Acueducto de Segovia, como emblema de la ciudad y canal de agua en la época.
En relación con la época que va de la Tardo Antigüedad a la Alta Edad Media destaca la presencia de la Iglesia y la Necrópolis de Santa Lucía, en Aguilafuente, donde se han identificado dos edificios religiosos superpuestos y los restos de fortificación de Los Paredones, el recuerdo de un monumento destacado de la historia de Ayllón, cuando esta localidad sirvió de frontera entre los territorios cristiano y musulmán.
Esta exposición, compuesta por un total de 114 piezas y comisariada por Santiago Martínez Caballero y Luciano J. Municio González, podrá visitarse hasta el próximo mes de noviembre en el Museo de Segovia.