El auto consumo energético, o lo que es lo mismo, la generación de energía eléctrica para consumo propio tiene cada vez mayor cabida en Castilla y León, Comunidad que se ha posicionado como la cuarta a nivel nacional -por detrás de la Valencia, Cataluña y Andalucía-, con mayor cantidad de potencia instalada. Con un total de 119.743 kilovatios, según los datos de junio de este año recogidos por Ical de fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica, aglutina el 10,8 por ciento del total de la potencia instalada en España, que asciende a 1,1 millones de kilovatios.

Las instalaciones de auto consumo pueden ser aisladas, es decir, sin conexión física a la red; o conectadas, en cuyo caso se pretende abastecer una parte del consumo eléctrico y así adquirir menor cantidad de electricidad, minorando la factura eléctrica. Con esta fórmula, cualquier consumidor puede generar su propia energía eléctrica, en la mayoría de los casos a través de instalaciones de pequeña potencia o mediante el uso de fuentes renovables locales.

Según la Asociación de Agencias Españolas de Gestión de la Energía (EnerAgen), cuando el sistema de generación no produce lo suficiente, se puede acudir a la red eléctrica y, al contrario, cuando la producción es superior a la demanda, el excedente puede destinarse a la red o acumularlo en baterías que permiten reservar esa energía para momentos en que resulte necesaria.

Entre las ventajas del auto consumo, Ener Agen apunta al ahorro energético y económico para el consumidor tras una pequeña inversión inicial; al producirse en el lugar en el que se genera, reduce las pérdidas asociadas al transporte y distribución de electricidad; reduce la dependencia energética con el exterior; facilita el cumplimiento de los objetivos ambientales en la lucha contra el cambio climático; además de que contribuye a la eficiencia económica del sistema y puede ayudar al cumplimiento de los objetivos de la UE en materia de renovables.

La instalación de auto consumo, según la Junta de Castilla y León, fue posible a raíz de la entrada en vigor del Real Decreto 1699/2011 que regulaba las condiciones de conexión, aunque no se comenzaron a hacer las instalaciones hasta cuatro años después, con motivo de la publicación del Real Decreto 900/2015 que incorporaba las condiciones administrativas, técnicas y económicas. Con todo ello, es posible decir que el auto consumo tiene dos años y medio de vida.

Crecimiento

A nivel nacional, la potencia instalada se ha duplicado en los dos últimos años. Mientras que en junio de 2016 había instalados 549.735 kilovatios, este año se superan los 1,1 millones. El crecimiento también ha sido muy elevado en el caso del número de instalaciones, que ha crecido desde las 382 registradas en junio de hace dos años a las 785 del año pasado y las 1.230 que se han contabilizado este año, periodo en el que casi se han multiplicado por cuatro.

Por Comunidades, Castilla y León es la cuarta con mayor cuantía de potencia instalada respecto al total nacional, por detrás de Andalucía (124.819 kilovatios), Cataluña (148.371 kilovatios) y la Comunidad Valenciana (247.185 kilovatios). A la cola en España se encuentran Extremadura (5.178 kilovatios), Murcia (4.329 kilovatios) o Ceuta, con 24 kilovatios.

En número de instalaciones, Castilla y León está algo más retrasada y cuenta con un total de 61, lo que constituye el 6,95 por ciento del total nacional. La Comunidad con mayor número de instalaciones es Cataluña (290) seguida de Andalucía (243) o Galicia (102). Por el contrario, entre las Comunidades con menor número de instalaciones están Ceuta, con una; Cantabria, con nueve; y La Rioja, con diez.

Provincias

La provincia de Burgos aglutina, con un total de 57.784 kilovatios, casi la mitad de la potencia instalada en toda la Comunidad (119.743 kilovatios). Le siguen muy de lejos la provincia de Valladolid (19.991 kilovatios); la de León (17.023 kilovatios) o la de Zamora (12.950 kilovatios). Por debajo de los 10.000 se encuentran Segovia (6.488); Salamanca (3.355); Soria (1.280); Palencia (543); y Ávila (329).

El número de instalaciones de auto consumo también es muy variable entre unas provincias y otras en Castilla y Léon, y entre las provincias de Valladolid (14), Salamanca (13) y Burgos (12) acaparan el casi el 64 por ciento de las 61 instalaciones existentes en la Comunidad. Le siguen León, con ocho instalaciones; Ávila y Soria (4); Palencia (3); Segovia (2) y una en Zamora.

Tipos de instalaciones y energía

Hay varios tipos de instalaciones: las de Tipo I son aquellas que están destinadas de forma mayoritaria al auto consumo de la energía generada y que no están inscritas en el Registro Administrativo de Instalaciones de Producción de Energía Eléctrica. En este caso están aquellas cuya potencia contratada no supera los 10 kilovatios y aquellas que tienen una potencia contratada de entre 10 y 100 kilovatios. También están las instalaciones del Tipo II, que son aquellas destinadas sobre todo a la venta a red de la energía generada, y que sí se encuentran registradas.

La cogeneración es el procedimiento mayoritario en Castilla y León, con 111.177 kilovatios instalados de los 631.627 a nivel nacional, y un total de 19 instalaciones en la Comunidad (7 en Burgos, 5 en Valladolid, 3 en León y una en Salamanca, Segovia, Soria y Zamora). En cuanto a las energías de auto consumo preferidas están los biolíquidos, con 4.032 kilovatios instalados, con cinco instalaciones en Castilla y León (en León, Palencia, Segovia, Soria y Valladolid); le sigue la biomasa, con 1.380 kilovatios instalados y 2.150 kilovatios de potencia contratada (según los datos de 2016) y, por último, la fotovoltaica, con 1.154 kilovatios de los casi 24.000 nacionales, con 35 instalaciones repartidas por la geografía nacional (once en Salamanca, cuatro en Ávila y Burgos, ocho en Valladolid, tres en León, dos en Palencia y Soria, y una en Segovia).

Ahorro de la Junta

La Junta está desarrollando desde el año 2014 un Plan de Optimización Energética en todos los centros de la administración autonómica, que se está llevando a cabo a través de la mejora en tres aspectos dentro de los 1.800 suministros eléctricos de los que se dispone: la optimización en el coste fijo o de potencia de la factura eléctrica, lo que está permitiendo unos ahorros anuales de dos millones de euros; la mejora de los precios de la electricidad a través de la compra centralizada, que está alcanzando un ahorro anual directo también de dos millones de euros; y el análisis de consumo eléctrico a través del que se registra el consumo y se generan informes comparativos para los diferentes edificios.

En este campo, y aunque el ahorro es difícil de cuantificar, las experiencias permiten afirmar que el potencial de ahorro alcanza el diez por ciento de la energía, sobre todo a través de medidas de coste cero. La mejora en estos aspectos está permitiendo un ahorro del 15 por ciento en la factura eléctrica.

Además, todos los suministros eléctricos nuevos de la Junta entran directamente a formar parte de la optimización continua y también realizan la compra de energía a través de los acuerdos marco vigentes en el Sistema de Adquisición Centralizada.