El sol y el frío aire del Norte fueron los protagonistas de la XLVIII Travesía Invernal de La Mujer Muerta, organizada por el Grupo de Montaña Diego de Ordás y subvencionada por el IMD del Ayuntamiento de Segovia. La Diputación de Segovia y el Ayuntamiento de Otero de Herreros también colaboran anualmente en la cita.
En total, participaron setenta y cuatro montañeros (veinte mujeres y cincuenta y cuatro hombres) de las provincias de Segovia (grupos de montaña: Aguacero, Jaspe, La Acebeda, El Nevero y el propio Diego de Ordás) y Madrid (ENME-OJE y Guías-OJE). No hubo que destacar incidentes reseñables y tan solo ocho personas abandonaron en el Puerto de Pasapán.
Participación reducida
La concurrencia fue sensiblemente inferior a otros años, de hecho, según la organización, era la primera vez que había menos de ochenta inscritos, siendo también la primera vez que participaba un niño de ocho años y una niña de diez, pertenecientes al Grupo de Montaña La Acebeda. Jerónimo González, montañero del Grupo de Montaña El Nevero repitió experiencia pese a sus 87 años y sigue colaborando con la organización de la Travesía.
El recorrido que, a primera hora ofrecía cierta dificultad por las bajas temperaturas nocturnas (sensación térmica de – 6º C), a media mañana con el sol predominante que hubo durante prácticamente todo el día, no ofreció ninguna dificultad, ya que, aunque el terreno en algún tramo tenía placas de hielo y neveros, sobre todo entre el pico de La Pinareja y el de Peña el Oso, podían esquivarse o atravesarse fácilmente.
El tradicional ágape como despedida
Como ya es costumbre a lo largo de estos 48 años que lleva celebrándose esta travesía, aparte de los dulces que se ofrecen en los puestos de control de altura, la actividad concluyó con un ágape que ofreció el Grupo de Montaña organizador a todos los participantes a base de productos de la tierra y un obsequio-recuerdo de la Travesía.