Mediados de agosto, ya se huele el regreso a casa de las vacaciones y la vuelta a la rutina y al trabajo. Es muy común que se sufra el «síndrome o depresión post-vacacional». Wikipedia lo define como «el estado que se produce en el trabajador al fracasar el proceso de adaptación entre un periodo de vacaciones con la vuelta a la vida activa, produciendo molestias que nos hacen responder a nuestras actividades rutinarias con un menor rendimiento«. Suele afectar a personas menores de 45 años y es menos habitual en niños. Los síntomas que se manifiestan normalmente son: fatiga, falta de sueño o apetito y poca motivación.
Volver a la rutina es duro, y es un proceso de «readaptación» que requiere tiempo, paciencia y fuerza de voluntad. Te damos 4 claves para que la vuelta al trabajo no cueste tanto, así evites este común síndrome.
Más no es mejor
Mucha gente, ansiosa de exprimir sus vacaciones, alarga su periodo vacacional hasta el día de antes de volver al trabajo. Esto es un error, ya que la adaptación a la rutina laboral no es algo que se logre de un día para otro. Lo recomendable es regresar de las vacaciones, como mínimo, un par de días antes.
Recupera tu rutina
Otra buena recomendación es volver a habituarnos a los horarios habituales. Es decir, levántate antes, come o almuerza a las horas a las que sueles hacerlo en el trabajo, y acuéstate pronto. De esta manera lograrás acomodar de nuevo los ritmos de sueño y comidas, y la reincorporación no te resultará tan drástica ni dura. También puede ser de ayuda organizar unos días antes tu agenda, tareas pendientes, tareas urgentes… prioriza, para que a la vuelta, «sepas por dónde cogerlo», y no olvides nada.
Poco a poco
Una clave fundamental es no abrumarte con excesivas tareas. Márcate unos objetivos fáciles para hacer en tu día a día una vez regreses a la rutina, y poca cantidad. Nuestro rendimiento va en aumento según nos vamos adecuando a la rutina laboral, y esto lleva su tiempo, así que al menos las primeras semanas de trabajo, no te fuerces.
Tiempo para todo
Volver a la rutina normalmente implica estrés, agobio, poco tiempo de ocio, poco tiempo familiar… Por eso, no deberías perder esos buenos hábitos de tiempo libre que se adquieren en vacaciones. Leer, pasear, pasar tiempo con amigos, comidas familiares… No abandones el ocio, hay tiempo para todo. Esto hará que, ya no solo la vuelta a la rutina, sino todos los meses de trabajo que se avecinan hasta las siguientes vacaciones de verano, sean mucho más llevaderos. ¡Asegurado!