La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) de Valladolid ha advertido de que se cerrarán unas 600 camas hospitalarias durante este verano en Castilla y León. El sindicato lamentó que “el verdadero motivo» de esta medida sea la ausencia de sustituciones de los profesionales en sus periodos vacacionales, y no una menor necesidad o demanda de pacientes. «La enfermedad no se va de vacaciones”.
En un comunicado, CSIF consideró que “como es lógico, el cierre de camas es uno de los factores que contribuye a que aumenten las listas de espera de pacientes pendientes de una intervención». «No contratar personal sanitario en el periodo estival para mantener las plantillas, y rebajar capacidad de nuestros hospitales, reduce la actividad de atención sanitaria, y es una medida de ahorro económico parcial contraproducente”, señaló la presidenta provincial de CSIF Valladolid, María José San Román.
Asimismo, apuntó que los centros hospitalarios no tienen menos carga de trabajo durante el periodo estival y añadió que determinadas patologías o atenciones son más frecuentes en esta época del año, como los accidentes de tráfico. San Román apunta que la prueba de que los centros hospitalarios no tienen menos carga es que las listas de espera crecieron entre junio y septiembre de 2016, según los datos facilitados por la propia Junta y su portal de Salud.
A juicio del sindicato, el supuesto ahorro económico que se obtiene al reducir camas no compensa el deterioro de la calidad de vida del paciente que espera ser atendido, el alargamiento de bajas laborales que supone un coste para la Seguridad Social y una reducción de productividad, o que las dolencias pueden agravarse y los tratamientos pueden alargarse, aumentando su coste.
«Lo que está claro es que las consecuencias las sufrimos todos, causando estrés y tensión en los profesionales, en los pacientes, y en las familias de estos, que cada vez es más habitual que paguen su frustración con enfados y agresiones verbales, o incluso físicas. No olvidemos que, durante el año 2016, 180 trabajadores de Sacyl fueron agredidos, y en el 31 % de los casos la «causa» de la agresión fue la disconformidad con la asistencia, según datos oficiales”.