Es el fin de los que algunos consideraban vicio y desenfreno, holgazanería y abundancia. Es Miércoles de Ceniza, y con su llegada, una vez más, la protagonista de la velada carnavalesca en esta fecha, la sardina, ha acabado entre llamas.

La sátira, la inversión y la exageración de los roles humanos volvieron a aflorar una vez más en la representación de la victoria de Don Carnal sobre Doña Cuaresma a través de un cortejo fúnebre en los que no faltaron, un año más, la figura del obispo (obispa en este caso), el sacerdote, el monaguillo, y los cuerpos de seguridad representados por la Guardia Civil, todos ellos, ciudadanos segovianos disfrazados y caracterizados para la ocasión. Los acompañaban las desoladas viudas plañideras que grito en el cielo y entre el humo del incienso, se quejaban de la marcha a mejor vida de «Doña sardina».

El cortejo, iniciado en la Plaza de San Martín, estuvo además acompañado por el sonido de las dulzainas, de la Escuela de Dulzaina de Segovia. A su llegada a la Plaza Mayor, fueron muchos los que ofrecían al cuerpo de Bomberos de la ciudad sus deseos escritos en papeles para que se quemaran en la gran hoguera. Tras la simbólica restauración de la regeneración y liberación que otorgan las llamas, el Taller Municipal de Teatro y el grupo Os Batucones, realizaron la representación del combate entre don Carnal y doña Cuaresma.

El broche final se pondrá el domingo 13, Domingo de Piñata, en la Plaza Mayor, dónde se hará entrega de premios de los concursos del Carnaval y se llevará a cabo el final cántico de las coplas. Además, la hora del vermú estará amenizada por la charanga Cicuelina y un espectáculo de la comparsa El Tudel.

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