La plaza de la Reina Victoria Eugenia, la que está a los pies del Alcázar, será restaurada en los próximos días.

El inexorable paso del tiempo, la gran afluencia de visitantes al monumento y la climatología adversa han deteriorado ostensiblemente el pavimento y la calzada que conduce a la entrada a la fortaleza, así como parte de las fachadas de la Casa de la Química.

Es necesario también afrontar la modernización y adaptación a la normativa vigente de las canalizaciones y redes de los diferentes servicios (electricidad, agua, telefonía, fibra óptica) del monumento, así como mejorar el sistema de drenaje de algunas zonas de la plazuela.

La intervención se plantea con carácter global y se llevará a cabo en la totalidad del espacio de la plazuela y de los elementos que la delimitan, acometiendo su restauración, consolidación y, solo en caso necesario, su renovación, aunque respetando en todo lo posible el estilo original.

Los restos arqueológicos encontrados durante las obras serán detalladamente conservados y catalogados. Los actuales pavimentos de asfalto y baldosas de cemento de cuadradillo se sustituirán por materiales como el granito de diferentes tonalidades y el basalto, más duraderos y adecuados al entorno.

Especial cuidado recibirá el canal del acueducto que discurre por el subsuelo de la plazuela, cuyo trazado es en buena parte conocido. Se tiene intención de señalar sobre el pavimento la traza del canal del acueducto, como ocurre en el resto del tramo urbano que discurre por la ciudad.

Se trata, en suma, de conservar, recuperar y potenciar la identidad y características propias de la plazuela, dentro de la general del Alcázar, sin alterar los elementos de diseño que desde hace un siglo lo conforman. Esto es, poniendo en valor el preciado patrimonio histórico artístico y ambiental, en el área que conforma el perímetro de la Plaza, y realzando su vinculación con el Alcázar.

La larga duración de las obras (arrededor de un año) está justificada por el hecho de que habrá que trabajar en la plazuela por fases y zonas diferenciadas, a fin de mantener un acceso ininterrumpido al Alcázar en las condiciones y horario habituales, lo que constituye un requisito imprescindible. El paso al monumento será inevitablemente algo más complicado durante el período de intervención, aunque en todo momento los visitantes podrán entrar al Alcázar (así como acceder al Archivo General Militar allí albergado).