Un grupo de ingenieros augura que a partir del 7 de abril se registrará un importante crecimiento de contagios de COVID-19 como consecuencia de la Semana Santa y, por ello, recomienda que durante las próximas semanas todas las vacunas llegadas a España se dediquen a poner la primera dosis a mayores de 70 años con el objetivo de reducir el número de muertes.
Así consta en un informe elaborado por cuatro profesores de la Universidad Politécnica que ya han publicado varios análisis científicos a partir de los datos de casos detectados de coronavirus y de fallecimientos reales por la pandemia. Juntos conforman un equipo de ‘Modelo matemático dinámico para facilitar decisiones críticas calculando consecuencia futuras de actuaciones realizadas’ que coordina Rafael Cascón.
Un análisis de lo ocurrido durante los periodos festivos de los últimos seis meses le lleva a advertir de que “es previsible un crecimiento significativo real de contagios en los días posteriores” a la Semana Santa, aunque estiman que “hasta el día 7 de abril probablemente no tengamos constancia real» porque la recogida y actualización de información de las comunidades autónomas suele llegar con retraso en estos casos.
Destacan que el ratio de evolución de la pandemia, que señala si es creciente o decreciente en función de si supera o no el número uno, se encuentra en estos momentos “significativamente por encima” de esa cifra. Por ello, calculan que esa tendencia se mantendrá “una o dos semanas” por encima, ya que “el decrecimiento no es inmediato” aunque se adopten restricciones drásticas.
Estos expertos en modelos matemáticos dan por hecho que los casos van a seguir aumentando a pesar de que las comunidades autónomas han endurecido algunas de sus medidas durante la Semana Santa y de que la movilidad geográfica está muy limitada por los cierres perimetrales entre regiones.
Sin embargo, ellos apuntan que estas limitaciones geográficas “no parecen efectivas para reducir” el ratio de reproducción “cuando hay periodos festivos”, como declaran ha quedado demostrado con puentes anteriores como los del 12 de octubre, el 6 de diciembre, el 25 de diciembre, el 1 de enero, el 6 de enero y el 19 de marzo.
“Aunque sí parecen reducir algunos factores asociados a la movilidad, no evitan el crecimiento de ese ratio, que se incrementa pese a esa reducción de movilidad (probablemente debido a una mayor interacción social en esos días festivos)”, recalcan.
Cambio de estrategia
Por eso, ante el esperado repunte de la pandemia tras la Semana Santa, piden a las autoridades sanitarias que modifiquen las pautas de vacunación actuales para dar máxima prioridad al suministro de primera dosis a personas mayores de 70 años, que son las que acumulan mayor índice de mortalidad.
Según el último informe del Instituto de Salud Carlos III, recogido por Servimedia con datos actualizados hasta el 30 de marzo, el 85,4 por ciento de los fallecidos en España por la pandemia de COVID-19 eran personas de más de 70 años. De hecho, el 64,8 por ciento de los que han perdido la vida habían superado los 80 años y el 20,6 por ciento eran septuagenarios.
La recomendación de los ingenieros, desde el punto de vista estadístico, pasa por destinar las más de tres millones de dosis de vacunas que están llegando a España estos días para vacunar a los mayores de 70 años y reducir drásticamente los casos graves y los fallecimientos. Entienden que «ese enorme volumen de vacunas podría servir para administrar casi exclusivamente primeras dosis a los más vulnerables y así minimizar sensiblemente la mortalidad debida a esta cuarta ola».
Para ello, apuestan especialmente por aplazar “en estas dos semanas” el suministro de la segunda dosis a los grupos menos vulnerables e incluso la primera dosis a los que “ya han padecido la enfermedad”, ya que de ese modo podría alcanzarse a mayor población vulnerable que todavía no ha empezado a ser vacunada.
“Esto permitiría completar prácticamente la vacunación con la primera dosis del grupo de mayores de 80 años e incluso avanzar significativamente con los mayores de 75 años en la primera dosis”. Además, proponen “subir de forma real el límite de edad de AstraZeneca hasta los 75 años, administrando dicha vacuna en el grupo de 70-75 años y aplazar las vacunación de los menores de 65” porque “su riesgo es aproximadamente la tercera parte”.
Fijándose en lo ocurrido en otros países, creen que el suministro de una primera dosis de las vacunas ha demostrado “gran efectividad”, especialmente en la reducción de hospitalizaciones (entre el 80 y 94 por ciento) y muertes. Añaden que al aplazar temporalmente la segunda dosis para aplicar la primera a más gente, como ha sucedido en Reino Unido, “la reducción de la mortalidad ha sido mucho más rápida incluso en los periodos en los que los contagios se mantenían estables”.
Dado que ahora mismo hay miles de personas mayores a los que se está suministrando la segunda dosis de la vacuna, aducen que el aplazamiento que plantean para las dos próximas semanas “debe entenderse como una circunstancia excepcional, ante la falta de dosis y previsible aumento de casos, y lógicamente no debe superar el lapso entre dosis que las autoridades sanitarias entiendan que garantiza la efectividad de la vacuna”.