Las celebraciones de cumpleaños centenarios continúan en el centro La Alameda de Nava de la Asunción, donde sus residentes y trabajadores, a pesar de haber vivido la dureza de la Covid19 muy de cerca, disfrutaban de la alegría de poder celebrar hace unos días el 102 cumpleaños de Rafaela de Andrés y ayer acompañaban a Rafael Martín de Prado en su 101 aniversario.

Para celebrar su cumpleaños capicúa y también el haber sobrevivido en marzo, con un siglo de vida, a la Covid y dejarla atrás sin ninguna secuela, Rafael Martín invitó a tarta a todos sus compañeros de la Unidad de Convivencia Jaime Gil de Biedma, de la que es residente desde 2015, un año después de haber entrado en el centro. Éstos, para agradecer la invitación, le prepararon un bizcocho con el que sopló las velas acordándose de sus familiares más cercanas, sus sobrinas, quienes no pierden ocasión de interesarse por él a diario.

Las personas que conviven con él, y que destacan sus grandes aptitudes para cantar canción española, apuestan a que, entre los deseos que pidió al soplar las velas seguramente no faltó el de poder disfrutar pronto de un paseo por el pueblo y realizar unas pequeñas compras. Y es que, como aseguran desde el centro los trabajadores, “la edad no le impide disfrutar de los buenos momentos”; no en vano, y a diferencia de la mayoría de las personas mayores, no le gusta madrugar, suele elaborar productos caseros para cuidar sus piernas y con 99 años no dudó en disfrutar de una semana en la playa.