La villa de Cuéllar celebró este jueves el quinto y último encierro de las fiestas de este año, con toros de la ganadería Alcurrucén, con el que se despidieron, hasta el año que viene, los encierros más antiguos de España.
Fue un encierro para disfrutar tanto para caballistas como para corredores, un cierre brillante para los encierros de este 2023.
Los astados tuvieron un excelente comportamiento tanto durante el traslado por el campo como por el recorrido urbano. Los corredores pudieron disfrutar de amplias, bonitas y veloces rápidas y se volvieron a escuchar aplausos tras el paso de los toros.
“Un gran encierro”, resumió el presidente de la Asociación Encierros de Cuéllar, para destacar “la fuerza y velocidad” demostrada por los toros de Alcurrucén.
Dos de ellos hicieron vibrar, desde el primer momento, al público nada más entrar en las calles de la villa, con buenas carreras. A estos dos ejemplares se sumó un tercero, ofreciendo espectáculo en los Paseos de San Francisco, con la presencia de un gran número de corredores.
El cuarto y quinto astado de Alcurrucén hicieron el recorrido también de forma rápida acompañados de los mansos. Un poco más rezagado el sexto, de capa castaña, que se frenó a unos metros de llegar a la curva de la Plaza de Toros, pero en pocos minutos, con la ayuda de los pastores, finalizó el recorrido. De esta forma, los seis fueron encerrados en la Plaza, tras un encierro limpio y rápido.
Mucho ambiente en los corrales del Cega, a cinco kilómetros de la villa, para ser testigos de la última suelta de este 2023, que fue agrupada, sin sobresaltos en los primeros metros.
“El tramo de campo ha costado un poco más que el año pasado”, explicó el alcalde de Cuéllar, Carlos Fraile. En la parte del pinar, dos toros han cruzado la carretera de Cantalejo primero y luego los otros cuatro, para después llegar toda la manada agrupada hasta el último descansadero. En el último encierro de Cuéllar los espectadores sí pudieron disfrutar de una sensacional bajada por la colina hacia El Embudo, con la estampa de los caballistas conduciendo a la perfección a la manada.
Balance
El alcalde de Cuéllar, a modo de balance, realizó “un balance positivo” de las cinco citas de los encierros de este año. “Con dos encierros buenos, domingo y jueves, dos encierros aceptables, lunes y martes, y un encierro complicado y malo, el miércoles”, resumió.
Fraile aseguró que tanto la organización, como la dirección de campo y caballistas son todos los días los mismos y la diferencia estriba en el comportamiento del ganado, que fue “muy complicado en la jornada de ayer, propiciando arrancadas continuas a los caballistas, en lugar de reses más nobles y más manejables el resto de los días”.
El peor encierro, el cuarto, con la ganadería de Valdemoro, que finalizó con cinco de los seis astados sedados. Cuatro de ellos ni siquiera llegaron a entrar en el recorrido urbano. Un encierro que será analizado en profundidad.
El alcalde de la villa destacó el trabajo de todos los colectivos que hacen posible los encierros, en el traslado por el campo y en las calles, que extendió a los trabajadores de los servicios municipales, Protección Civil, Policía Local. Fraile quiso mandar un mensaje de cariño a todas las personas que se encontraban ayer en el interior del corral de El Embudo y se llevaron un buen susto, así como una pronta recuperación para el corredor herido por asta de toro en el encierro del martes.