Los pozos y caceras de los pueblos de la comarca del Carracillo, al noroeste de la provincia de Segovia, rebosan agua; ese bien que durante años han ansiado para que puedan beber sin problemas de contaminación por arsénico o nitratos, y para que su agricultura sea próspera, y se recuperen las tan abundantes huertas.
Gracias al sistema de trasvase del río Cega para la recarga del acuífero del Carracillo, este proyecto ideado hace más de quince años ofrece sus primeros frutos con la llegada de grandes cantidades de agua a esta zona, la más fructífera en términos agrícolas
Desde el pasado mes de febrero se han trasvasado ya más de tres hectómetros cúbicos, un volumen que se ha tomado del río Cega, entre Lastras de Cuéllar y Aguilafuente, en la presa conocida como Salto de Abajo. Y se ha bajado, a través de una canalización de unos 20 kilómetros de longitud y en sentido descendente, hasta Gomezserracín, donde se encuentran las primeras cuatro salidas, donde brota por el desnivel que existe.
El agua prosigue recargando el sector occidental del acuífero hasta Chatún, Campo de Cuéllar, Narros de Cuéllar y Fresneda de Cuéllar, todo ello mediante otros 14 kilómetros de canalización en los que se han construido balsas. La salida del agua se regula a través de llaves y compuertas. En cada municipio se han realizado canalizaciones, algunas de las cuales permiten una elevada filtración de agua, pues se trata de terrenos arenosos, típicos de toda la zona de Pinares.
Los agricultores de la comarca ven con satisfacción el resultado al comprobar cómo los pozos de agua disponen de recursos hídricos a pocos metros de la superficie, con lo que prevén que el próximo verano no sufran problemas, según explican el presidente y vicepresidente de la comunidad de regantes de El Carracillo, Enrique Arranz y Eliseo García, respectivamente.
Guardar en invierno para beber en verano
El sistema hidráulico construido en la provincia de Segovia tiene carácter pionero, y por eso está siendo objeto de estudio y recibirá la visita en próximos días de autoridades y comisarios de aguas de toda España.
Cuenta con la autorización del Ministerio de Medio Ambiente para derivar agua desde el río Cega durante cinco meses: del 1 de diciembre al 30 de abril. Y de este modo se rellena la cubeta subterránea de la zona del Carracillo para poder ser extraído a lo largo del periodo veraniego. Se trata, pues, de un gran embalse, pero subterráneo.
La Comunidad de Regantes de El Carracillo, formada por 713 productores, posee en la actualidad una autorización de la Confederación Hidrográfica del Duero para derivar 1.100 litros por segundo de aguas superficiales que se convierten en subterráneas. Esto supone un volumen anual máximo de 14 hectómetros cúbicos, siempre y cuando el río posea en el lugar de la toma un volumen mínimo de 1.960 litros por segundo, con el objeto de garantizar el caudal ecológico y el destinado a los aprovechamientos hidroeléctricos situados aguas más abajo. La concesión está pensada para la mitad de las más de 7.000 hectáreas de regadío, pero con un aprovechamiento alternativo.
Antecedentes
El sistema de recarga del acuífero del Carracillo fue impulsado a comienzos de los años 90 para buscar una solución a los problemas de sequía que padecía el sector. Entre 1993 y 1994 se creó una comisión organizadora de la comunidad de regantes integrada por nueve municipios (Arroyo de Cuéllar, Campo de Cuéllar, Chañe, Chatún, Fresneda de Cuéllar, Gomezserracín, Narros de Cuéllar, Remondo y Sanchonuño). Cada uno tiene un representante y un suplente en la comunidad.
Tras varios estudios, el Ministerio de Agricultura, liderado entonces por Loyola de Palacio, aprobó la obra de derivación desde el río Cega y la declaró de utilidad pública a través de un Real Decreto-Ley. De forma paralela se aprobó otra obra para la recarga de la cubeta de Santiuste de San Juan Bautista trasvasando desde el río Voltoya a través de un azud y una tubería de 9.823 metros de longitud.
Beneficios económicos y medioambientales
La recarga del acuífero de El Carracillo es una obra de pionera que reportará destacados beneficios socioeconómicos a la zona noroccidental de la provincia, que es además la que representa la vanguardia de la agricultura segoviana.
El sistema permite no sólo disponer de agua de riego, sino la recuperación de uno de los acuíferos subterráneos más importantes de la región, el de los Arenales, sobre el que se asientan parte de las provincias de Segovia, Ávila, Valladolid y Salamanca. Igualmente la mejora del nivel freático del Carracillo incidirá en la calidad del agua de consumo humano, afectada a veces por altos niveles de arsénico o nitratos.
Desde el punto de vista económico, basta recordar que cerca del 80 por ciento de la población tiene su actividad ligada a la agricultura o a servicios vinculados a ella. Sólo para la planta de la fresa se generan en torno a 1.100 trabajadores temporales en El Carracillo. Y, aparte de las 20 industrias hortícolas enclavadas en El Carracillo, existen otras en municipios cercanos a esta comarca, como Carbonero el Mayor, Mozoncillo, Navalmanzano o Cuéllar. De acuerdo con las estimaciones de la Comunidad de Regantes, el volumen total facturado por las industrias del Carracillo supera los 55 millones de euros.
Igualmente, la puesta en marcha de esta obra ha permitido a algunos municipios volver a contar con regatos y recuperar algunas lagunas que existieron en otro tiempo, con lo que mejorará el medio ambiente de toda la comarca. A diferencia de otros regadíos, el del Carracillo distribuye el agua por el desnivel, de modo que no precisa de sistemas de bombeo.
La primera fase de los trabajos de la infraestructura finalizó en 2002, con la captación de agua en el río Cega. En la segunda fase se desarrollaron las labores para recargar el sector occidental del acuífero y los de conducción para permitir la filtración en el subsuelo.
Ahora queda por ejecutar una última fase, de gran complejidad, en la que se pretende abastecer de agua de riego a los municipios en los que no existe acuífero natural, ubicados en la zona norte de la comarca (Sanchonuño, Arroyo de Cuéllar, Chañe, Remondo y Fresneda de Cuéllar). Para ello se contempla una recarga desde la zona de la Comunidad de Cuéllar para su distribución posterior.