El diputado nacional de Vox por Valladolid Pablo Sáez interviene durante el recuento de votos tras las elecciones a las Cortes de Castilla y León

Las elecciones del 13F en Castilla y León cambian el mapa político territorial y todo parece indicar que Vox podría entrar en el Gobierno de la Comunidad Autónoma.

El programa electoral de la fuerza política que ha revolucionado el panorama en Castilla y León contempla 10 medidas que comienzan por la defensa del mundo rural.

Vox reivindica en su programa electoral «el estilo de vida, modelo económico y tradiciones de nuestro campo», al tiempo que manifiesta su «apoyo a la industria agroalimentaria nacional y a la producción de las pequeñas y medianas empresas de carácter asociativo y familiar, para frenar la despoblación y hacer posible el equilibrio entre la producción tradicional y la incorporación de mejoras tecnológicas». También apuesta por conservar el patrimonio histórico-cultural de la región «como garante de la identidad nacional y motor económico y turístico».

Además, quiere «devolver el potencial económico a nuestra ganadería y agricultura protegiendo el producto nacional» y frenar «la estigmatización de alimentos que únicamente responde a motivos ideológicos».

En materia económica, que afecta directamente al bolsillo del ciudadano, pretende «eliminar o presionar para la eliminación de los tributos que tienen repercusión en las arcas autonómicas y provocan el aumento de la factura de la luz».

En servicios públicos Vox buscará, según recoge su programa electoral, «reforzar las inversiones y el gasto sanitario, fundamentalmente en la atención primaria», así como  «asegurar la extensión de los servicios sanitarios y educativos básicos y las infraestructuras de comunicaciones y transporte a todos los rincones de la región».

La repoblación y el empleo joven son otras de sus reivindicaciones porque «todo joven debe poder quedarse a trabajar en su provincia, cerca de su familia, si lo desea».

El fin de lo que Vox denomina «el expolio fiscal» que  provoca que los impuestos de los castellanos y leoneses «vayan destinados a sufragar el estado de bienestar de los políticos» y la supresión de «las subvenciones a sindicatos y patronales y el gasto político superfluo, así como las duplicidades administrativas, para poder bajar o suprimir radicalmente los impuestos a PYMES, autónomos y familias» son otras de sus prioridades.

Por último, Vox lamenta que el sistema autonómico haya creado «nuevos centralismos atacando la pluralidad provincial», por lo que va a «defender a las provincias y municipios frente a un sistema autonómico que pretende homogeneizar artificialmente a toda Castilla y León, que enfrenta a los territorios y dilapida el dinero de todos los españoles».