Dicen por ahí que la calificación de las películas o series no siempre es de fiar. También por ahí dicen que tampoco pasa nada si los niños ven algo para más mayores porque, total, van a llegar a verlo igualmente y no importa tanto si es un poco antes o un poco después… Pero no. No opinan lo mismo los expertos. Los psicólogos, también los segovianos, sí consideran que una serie, incluso una tan conocida como la coreana El Juego del Calamar, puede herir de alguna manera a nuestros niños y jóvenes.
María Noel, psicóloga clínica de niños, adolescentes y adultos que trabaja en Sinapsis Segovia ha respondido a las preguntas de Segoviaudaz sobre este asunto:
Pregunta: ¿Cuáles son los riesgos de que niños o adolescentes vean contenido inadecuado para su edad?
Respuesta: Los riesgos pueden ser que sufran daños emocionales, que es lo más común y lo más «silencioso», por lo cual los síntomas pueden venir más tarde, desde insomnio, miedos, ansiedades… Si es un contenido no adecuado para menores de determinada edad y lo ven, puede impactar en lo psicológico de una manera negativa, ya que se presupone que no son capaces de procesar adecuadamente la información y contenido que van a recibir. Eso lleva a construir falsas creencias en determinados temas y hasta puede llegar a ser una fuente de manipulación. Contenidos violentos, por ejemplo, pueden incitar a conductas peligrosas o inapropiadas y no socialmente aceptadas.
P: ¿Hay un riesgo real de que los niños confundan realidad con ficción y emulen ciertos comportamientos?
R: Depende del niño y de la edad. Me animaría a decir que hay algunos que disciernen bien la realidad de la ficción, pero otros pueden quedar enganchados a esa ficción como una manera de evadirse de la realidad. Hoy en día tienen acceso no solo a películas o juegos que son con contenido muy «fantástico», sino a videos de distinta índole donde se tratan muchos temas, y hay actitudes o formas de relación que sí pueden emularlas en la vida real. Y eso puede causar verdaderos daños al propio niño y a sus pares. Y de eso nos tenemos que hacer conscientes.
P: En el caso de que los niños ya hayan consumido el producto, ¿qué pueden hacer los padres?
R: Lo primero que hay que hacer es que hasta determinadas edades, tendríamos que supervisar el contenido que ven, pensando en su bien, aunque ellos no lo entiendan. Hoy en día hay aplicaciones para todo, y podemos acceder a ellas. Pero también es cierto que los niños son sociales y no todos los adultos tenemos la misma información, ni criterio. Por lo cual si ya lo han visto, lo mejor es el diálogo, que puedan tener la confianza para poder hablar de ciertos temas, sobre lo que les ha impactado o qué piensan de eso que han visto y nosotros darles nuestra opinión, acercándoles nuestro parecer. Y muchas veces, si es necesario, verlas con ellos e irles cuestionando determinadas cosas, confirmando otras. Esto no solo sirve para un contenido no adecuado para su edad, sino para una peli, una letra de una canción o incluso para tema de conversación después de ver el telediario. Es una forma de acercarnos y no cortar canales de comunicación con nuestros hijos. Es lo principal. Y no dejarlos solos con una herramienta que puede acceder a lo que sea, sin filtros y además sin una contención adulta.
P: ¿Cómo educar a los niños en un consumo audiovisual responsable?
R: Sabemos que muchos juegan a juegos no permitidos para su edad. Animo como un paso evidente supervisar lo que los chicos consumen. Pero hay que remarcar que la educación en el consumo audiovisual responsable es tan importante como en cualquier otro tipo de consumo perjudicial y adictivo. Esto es desde siempre, no se puede empezar a educar en determinados temas cuando el chico ya es adolescente, sino que esto tiene que ir dándose desde pequeñitos. El diálogo, el explicar razones que quizás ahora no entienden, pero que al final sabrán que es por su bien, es importante. También depende de las edades de los chicos, y ahí está nuestra capacidad de confianza en ellos y flexibilidad. Ya que sabemos que a veces mantener a rajatabla la edad permitida es muy complejo. Lo fundamental es la cercanía que tengamos con ellos a todos los niveles, porque vamos a estar más cerca de saber lo que les pasa y en qué andan y fundamentalmente una cercanía a nivel emocional y afectivo. Confiar y que confíen en nosotros, sería la clave, pero eso no se logra con una charla, es un proceso que dura toda la vida.