Esta es la primera Semana Santa de la capilla de Santiago de la Catedral de Segovia tras las obras de restauración. Estos trabajos supusieron una inversión de 230.000 euros.
La capilla, dedicada al patrón de España, mostraba daños en la bóveda ocasionados por filtraciones de agua de la cubierta, ya solventadas. También quedaba patente la pérdida de decoración pictórica.
En esta parte, compuesta por nervaduras, plementos y claves ricamente decoradas, se llevó a cabo una limpieza superficial. También la consolidación y fijación de los diferentes sustratos. Asimismo, la reintegración cromática de la decoración pictórica con métodos y recursos adaptados.
Por su parte, el retablo de 12 metros de altura, obra del arquitecto Pedro de Bolduqe, acumulaba suciedad superficial. Especialmente, en el ático donde se ubican las figuras de Jesucristo, de San Juan y la Virgen.
En la parte inferior era “más notable” el efecto de las quemaduras y el humo de velas . Por ello, además del tratamiento de limpieza general, tuvo lugar la consolidación del soporte, limpieza de los estratos dorados y policromías. Y, finalmente, la reintegración cromática.
La reja de esta capilla, confiada a Juan de Salamanca en 1594, finalizada en 1599 y dorada en 1609, está compuesta de dos cuerpos y remate.
Para su puesta a punto, se procedió a limpiar la suciedad y a eliminar las zonas oscurecidas y oxidadas. Para ello, utilizaron un tratamiento de limpieza química del dorado y policromías, limpieza mecánica de los focos de oxidación y una protección final con barniz.

Cripta de la Catedral
Una puerta situada a la derecha del retablo en la capilla de Santiago Apóstol da acceso a la cripta de la Catedral de Segovia, distribuida en dos estancias.
La más pequeña resalta con una bóveda decorada en grisalla con ángeles portando los atributos de la Pasión de Cristo y, en la pared frontal o testero, un Cristo Crucificado con Santiago Peregrino a la derecha.
En esta estancia, posiblemente utilizada como antiguo pudridero, se limpió la suciedad acumulada y saneado de florescencias salinas hasta lograr descubrir parte de la decoración de los muros, además de consolidar y reintegrar las pérdidas de enlucidos para su posterior reintegración cromática.
Panteón familiar del fundador de la capilla
La sala de mayor tamaño, diseñada para panteón familiar del fundador de la capilla, el comendador Francisco Gutiérrez de Cuéllar, acusaba la humedad a la que había estado expuesta desde los inicios de la construcción de la cripta, que limita al lado sur con el claustro. Antes de dar comienzo a la restauración, entre las pinturas murales se observó en la bóveda restos pictóricos de un sol, un escudo de armas del fundador de la capilla en la parte posterior de la sala, y parte de una inscripción sobre Gutiérrez de Cuéllar que rodeaba el espacio.
En la eliminación de enlucidos de la bóveda apareció una cruz de la Orden de Santiago de siete metros de largo y cuatro de ancho y, bajo los enlucidos del paramento oeste, las caricaturas de dos personajes. Con el descubrimiento se consolidó el sustrato, rellenó y niveló, y se reintegraron las lagunas de soporte, siempre respetando la obra original.
Además, la pintura de la losa de granito en la que se representa a la Virgen de la Antigua y que preside la sala se consolidó para evitar más pérdidas y reintegraron cromáticamente las pequeñas lagunas de color. En el suelo de esta sala, con sepultura de granito en el centro, se instaló una solera ventilada a una distancia determinada de la base para permitir la evaporación del agua y evitar la humedad por capilaridad. Sobre ella, ha sido colocado un piso de piedra caliza. Esta actuación, como la del conjunto de la capilla, fue aprobada por la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural de Segovia.
