Con la solemnidad y rotundidad de un leonés, el director de la Agencia de Protección Civil, Fernando Salguero (León, 1959), apela a la prudencia. Especialista universitario en sistema fiscal y asesor de empresas, conoce también esta materia, pues fue concejal encargado de estos asuntos en la oposición en el Consistorio de León. Con la sintonía de una emisora de radio en su despacho (para seguir los boletines informativos), alerta del elevado caso de intoxicaciones y de los peligros de la montaña en invierno y defiende la aplicación de una tasa por rescate para las negligencias, que entrará en vigor en el primer trimestre. En una entrevista a Ical avanza sus proyectos de legislatura: mejorar la coordinación con el 016, el Greim, la Aemet y Cruz Roja; la formación especializada de profesionales y voluntarios, facilitar el acceso al 112 a las personas con discapacitados y coordinar a todas las policías locales para que conformen un cuerpo interconectado, todo ello, con “tiempo, esfuerzo y dedicación” y sin “recorte alguno”.
Los sucesos y las emergencias no avisan, ni respetan horarios. Tras el rodaje de casi dos meses, ¿qué le exige la dirección de la Agencia de Protección Civil? ¿Ayudan las nuevas tecnologías?
Me ha exigido una adaptación personal, porque añadido a una Dirección General, ésta en concreto exige una dedicación 24 horas al día, siete días a la semana. Es continua la actividad telefónica, vía ‘sms’, ante los sucesos y emergencias de una comunidad tan extraordinariamente grande, con nueve provincias y una población dispersa. Hay un trabajo ingente que reclama de un esfuerzo intenso. Las nuevas tecnologías son fundamentales en este puesto ya que me permiten la conexión inmediata, en cualquier hora del día, con cualquier punto de la geografía castellana y leonesa y, sobre todo, con los delegados territoriales, que son los principales nexos de unión en los diferentes territorios.
Aunque este invierno está siendo benévolo, se están repitiendo las intoxicaciones o incendios de otros años.
Machaconamente se está avisando de que se tenga mucho cuidado para evitar estas intoxicaciones por gas o monóxido de carbono en los domicilios, sin embargo llevamos desde el 5 de octubre 65 intoxicados por CO2, de los que 14 sólo se registraron entre el 24 y el 26 de diciembre. Es una burrada. Además, ha habido ya varios muertos debido a la utilización de braseros, estufas…
Toma el rumbo de un departamento autonómico dirigido por Luis Aznar durante ocho años. ¿Qué proyectos le tocará a usted rematar?
Mi antecesor ha sido quien ha configurado los cimientos y la estructura de esta Dirección General. Aunque está en perfecto estado de funcionamiento, yo seguiré modernizándola, formando a los profesionales y adaptándola a las nuevas tecnologías, porque avanzan muy rápido. Desde luego, tenemos que procurar ir por delante de lo que pueda ocurrir. Por tanto, es algo extraordinariamente activo, en continuo movimiento.
Aunque ha anunciado que seguirá su estela, ¿en qué aspectos se dejará notar su llegada al 112?
Yo pretendo mantener la agencia tal y como me la he encontrado, si bien voy a impulsar más la formación especializada para profesionales y voluntarios de protección civil. Para ello, tenemos cerrado un convenio de colaboración con la Cruz Roja, que se firmará en enero, y que llevará implícita la formación de su personal en emergencias civiles. Pretendo avanzar en este campo, al tiempo que seguir profesionalizando en cotas más altas el servicio del 112, prestándole valores añadidos, como una mayor cualificación en la atención psicológica, un contacto más estrecho con los servicios de la Aemet (Agencia Estatal de Meteorología), la Guardia Civil, a través del Greim, y la Policía Nacional. También, vamos a adaptar la Ley de Espectáculos Públicos para acabar con las divergencias con otras normativas.
Una de las novedades de esta legislatura ha sido la unificación de los servicios de asistencia ciudadana (Protección Civil, lucha contra incendios y vialidad invernal) en torno al 112. ¿Qué ventajas ofrece?
La ventaja es clara, que el 112 sea el centro de unión de todos los servicios de emergencias garantiza una rapidez absoluta en la gestión de la emergencia, evitando que se produzcan divergencias. El 112 tiene la labor principal de coordinar los servicios de emergencias como centro nuclear desde el que se ramifican multitud de servicios, instituciones y organismos pertenecientes a diferentes administraciones e, incluso, empresas privadas.
¿Cómo se pueden mejorar los tiempos de respuesta?
Los tiempos de respuesta del 112 son extraordinariamente cortos. Se ha llegado a un nivel de calidad excepcional. Yo entiendo que es muy difícil acortarlos porque superan lo óptimo. No obstante, se lucha por la inmediatez en la gestión y para que el ciudadano sea atendido a la mayor brevedad posible. Contra lo que no podemos actuar es contra la tardanza de una llamada o las distancias geográficas. En el mismo momento en que un ciudadano comunica una emergencia se activan todos los medios con independencia de lo que dure la llamada. Además, los soportes tecnológicos de que disponemos para canalizar las llamadas son de lo último que hay. Cualquier avance que salga al mercado es instalado automáticamente en el 112 y en los medios móviles. Por lo tanto, todo está absolutamente actualizado.
Éstos son tiempos de crisis, ¿en qué puede recortar el 112 sin empeorar su servicio a la sociedad?
Estamos en una época complicada y en la que la racionalización en el gasto tiene que presidir todas nuestras actuaciones. No obstante, este servicio es básico y esencial para la Comunidad, por lo que no puede ser objeto de recorte de ningún tipo y se va a seguir prestando con la misma calidad de los últimos años. Por tanto, toda mejora se va ir realizando con tiempo, esfuerzo y dedicación personal, pero en materia de protección civil no va a haber recorte alguno.
¿Son responsables los castellanos y leoneses cuando marcan el 112? ¿Actúan con prudencia en situaciones de riesgo?
El nivel de responsabilidad de los usuarios del 112 en la llamadas es elevadísimo, yo diría que del 100 por 100. Las llamadas de broma o falsas son anecdóticas y su número no es relevante. Por tanto, el nivel de responsabilidad que se ha ido alcanzando a lo largo de estos años es absoluto. El ciudadano ha entendido lo que es el 112 y lo utiliza con absoluta cordura. Esto es diferente de las negligencias o imprudencias que se puedan producir en situaciones de emergencias, que se estiman entre un 15 y un 20 por ciento de las intervenciones. Aquí se plantea una cuestión moral, ¿es el propio ciudadano el que tiene que soportar el coste de la negligencia o el negligente? La tendencia actual es que las atenciones en casos de emergencia por imprudencia deben ser sufragados por los negligentes, bien a través de sus propias pólizas de seguros, bien mediante sus medios económicos.
¿Qué considera la Junta una negligencia?
El gobernante tiene un respaldo muy importante a la hora de aplicar una tasa de protección civil, ya que es exhaustiva la información que sobre situaciones climatológicas adversas o de cualquier otro peligro personal que se pueda producir, se ofrece a través de la página web de la Junta de Castilla y León, del portal del 112, de Facebook y Twitter, amén de los avisos y recomendaciones que se trasladan a los medios de comunicación social, en cualquier época del año. Además, se acompañan de recomendaciones perfectamente reconocibles. Ante todo ello, ponerse en riesgo sin necesidad es una osadía y conllevará a partir del primer trimestre el cobro de una tasa. No obstante, es necesario aclarar que se atenderán estas emergencias como cualquier otra, con el mismo nivel de calidad y profesionalidad.
Pretende ser disuasoria y no recaudatoria, pero ¿podría llevar a los ciudadanos a retrasar su llamada al 112 y complicar la intervención?
La última comunidad en aprobarla ha sido el País Vasco y también se aplica en otros países de Europa. La realidad práctica demuestra que en una situación de emergencia se va a seguir llamando igual al 112. La situación de necesidad tampoco deja multiplicar la necedad o negligencia. Por ejemplo, los conductores también cometemos negligencias y pagamos los daños que provocamos y los costes de la asistencia, lo que no implica que nadie deje de llamar a la Guardia Civil o al 112.
¿Cuándo podría comenzar a aplicarse?
La tasa por rescate se aplicará en el primer trimestre. Está encima de la mesa de las Cortes, pero de todos es sabido la dificultad de los presupuestos de 2012 y que han conllevado una prórroga de los de 2011. Se había previsto en principio aplicarla el 1 de enero, pero esta fecha se ha retrasado ya que forma parte de la ley de acompañamiento de las cuentas de la Comunidad. Esperemos que durante el primer trimestre esté resuelta la tramitación de la ley.
¿Tendrán que hacer un esfuerzo para que sea conocida por la ciudadanía?
En todas mis intervenciones me estoy refiriendo a la tasa por rescate. Creo que está empezando a ser conocida y creo que esta tasa disuasoria va a servir para planificar con prudencia cualquier actividad de riesgo. Además, desarrollaremos una campaña importante para que a las personas se les imbuya la prudencia necesaria que permita no tener que cobrar ni una sala tasa por negligencia.
¿Cómo se gestionarán en su departamento estos expedientes? ¿Conocen lo que puede reportar a las arcas autonómicas?
En todo rescate se elabora un informe legal. A partir de la aplicación de la tasa, será estudiado por técnicos de la Agencia de Protección Civil y se decidirá si abrir un expediente de cobro de tasa por rescate, que deberá ser firmado por el director general. En ningún caso intervendrán en la tramitación los rescatadores. Respecto a la recaudación, todavía no la tenemos cuantificada ya que depende de las intervenciones y son todas muy distintas. Si bien, hemos determinado una cuota de 32 euros por hora para un servicio de rescatador y su equipamiento; de 26 euros hora para un servicio con operador de logística; de 38 euros hora para un servicio de técnico de mando y coordinación y por un helicóptero, 2.000 euros, si bien se cobrará la primera hora completa y a partir de ese momento por minuto.
¿Cómo se encuentra la homologación a los estándares de la UE de la Unidad de Apoyo Logístico, que se encarga de auxiliar a la población, y de otros servicios de emergencias?
Está avanzadísima la homologación y se acometerá en el corto plazo. Por tanto, es cuestión de tiempo que se produzca por que el nivel de adaptación es extraordinario y la profesionalización alcanzada es absolutamente óptima.
Otro de los proyectos para estos años es mejorar la accesibilidad para personas con discapacidad…
Ésta será una de las grandes líneas dentro de la modernización del 112. Ya tenemos personal que habla varios idiomas, prestamos asistencia psicológica, pero quizás podría haber una asignatura pendiente en las personas discapacitadas con problemas de comunicación. En poco tiempo prestaremos este servicio en colaboración con Cruz Roja, de forma que los terminales del 112 instalados en este organismo, permitirán al centro actuar de enlace para que las llamadas, que no son propias del 112, sean también atendidas, sin que el usuario tenga que marcar otro número. En definitiva, vamos cerrando el círculo de la atención, incluso de la que no forma parte de las emergencias.
¿Mantendrá la red de voluntarios de Protección Civil con que cuenta el 112? ¿Qué le parece que se cuestione su profesionalidad?
La red de voluntarios de Castilla y León está prácticamente configurada. Existe un entramado, similar a una tela de araña, formada por agrupaciones y asociaciones de voluntarios de Protección Civil que prácticamente cubren todo el territorio. Estos grupos son coordinados por los ayuntamientos y las diputaciones, que a su vez son coordinados por las delegaciones territoriales de la Junta, llegando así al pico de la pirámide, la Agencia de Protección Civil. Se trata de unos servicios extraordinarios, a los que se está dando formación continúa, que es a su vez absorbida de forma extraordinaria por sus miembros.
¿Cuál es su postura y visión sobre el modelo de parques de bomberos de la Junta? ¿Considera adecuada a la estructura en provincias como León?
La competencia en la lucha contra incendios es absolutamente municipal y así lo establece la normativa de régimen local actual. De esta forma, los municipios de más de 20.000 habitantes deben disponer de servicio propio de extinción de incendios. Por tanto, a la Administración autonómica le compete la formación y coordinación de todos estos servicios y tiene como objetivo la creación del consorcio regional de bomberos, en lo que se está trabajando y que estará vinculado al modelo de ordenación territorial. Dentro de Castilla y León los modelos son dispares con parques profesionales y de voluntarios, a los que la Junta forma y dota de equipamiento.
En materia de seguridad, se pretende mejorar la eficiencia de los servicios de Policía Local, ¿cuál es la propuesta de la Junta?
Ésta es una de las iniciativas más importantes para los próximos cuatro años. Una vez lograda la homogeneización de todas las policías locales hemos de tratar de conseguir una mayor coordinación, mediante una formación homologada y una ideal interconexión de datos entre todas ellas, que supla esa posible policía autonómica de la que tanto se ha hablado.
La violencia de género se cobró en 2011 la vida de dos mujeres de Burgos y Segovia. ¿El 112 tiene previsto modificar su intervención cuando recibe una llamada?
En esos casos se activa un protocolo especial si no fuera posible derivarlo al 016, el servicio específico para las víctimas. Estamos en conversaciones para mejorar el acuerdo que el 112 mantiene con el 016 y en breve se fraguará.
Finalmente, ¿qué mensaje le enviaría a los ciudadanos de Castilla y León?
Quiero enviar un mensaje de absoluta prudencia. Estamos pidiendo ante la situación climatológica, que puede llamar a la alegría por el sol, que se tenga especial cuidado con las salidas al campo y a la montaña, ya que se están produciendo nieblas repentinas que provocan desorientaciones con la consiguiente desaparición y fuerte acumulaciones de hielo, sobre todo en la montaña, que están ocasionando situaciones de carácter violento como las ocurridas durante el fin de semana de Navidad, con caídas desde 50 y 70 metros. También, pido prudencia para evitar las intoxicaciones por gas o monóxido de carbono. En definitiva, recomiendo extremar las precauciones y estar siempre en alerta ante este tipo de riesgos.