Óscar López cierra casi cuatro años de mandato como secretario general del PSOE de Castilla y León sin haber podido culminar su ‘Objetivo 2011’, presentado como su carta para un cambio en la Junta, con la bicefalia que saldrá este domingo del XII Congreso autonómico, previsiblemente con el palentino Julio Villarrubia, y con la duda de si repetirá como candidato a la Presidencia de la Comunidad en 2015, una posibilidad que no ha querido abandonar.

Su acceso a la Secretaria de Organización federal en el pasado congreso de febrero, en Sevilla, cambio sus planes en el partido. López declaró, nada más ser elegido que todo no podía ser: secretario autonómico, portavoz de su grupo en las Cortes y senador por la Comunidad. Así, abrió una reflexión en el partido, que se materializó en su renuncia a la secretaria general, pese a que en enero había comunicado su candidatura a la reelección.

Desde el liderazgo autonómico, al que llegó arropado por Rodríguez Zapatero y José Blanco y con “ilusión” y nuevos aires en la forma y el contenido, trató de “arrimar el hombro” en la crisis con la Junta y ofreció pactos y medidas para combatir la recesión, en especial en los dos primeros años de su mandato, si bien no fueron asumidas por el presidente Herrera y por su Gobierno, entre otras razones por la cercanía de la cita electoral de mayo de 2011.

El deseo de cambio para Castilla y León, que llevó por toda la Comunidad, chocó con el peor momento para los socialistas, que se reflejó en los distintos comicios. Con esa bandera y con el desgaste que producen los años en una gestión, López no sólo no pudo superar el listón anterior de 33 procuradores en las Cortes, sino que su partido perdió cuatro y las emblemáticas alcaldías de León y Palencia, mientras el popular Juan Vicente Herrera rozó el cielo con sus históricos 53 parlamentarios en el hemiciclo de Villa de Prado. Los registros del PSCyL se encuentran en su histórico más bajo y con la mayor diferencia con el PP.

López asumió la dolorosa derrota en primera persona, pero con la atenuante de que los resultados no habrían sido los mismos de no existir una de las mayores crisis en la historia de la España moderna. El dirigente socialista se dedicó entonces a insuflar ánimos a un deprimido partido, al que urgió a levantarse de “la lona y pelear”.

En la oposición parlamentaria, a la que llegó el pasado mes de junio, ha tenido que jugar a la defensiva en el respaldo a las cuestionadas medidas del anterior Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y los cinco millones de parados. Han sido los argumentos que le han lanzado continuamente a la cara los dirigentes del PP de Castilla y León, así como la falta de compromiso de los socialistas y suyo también con la Comunidad por el apoyo a medidas consideradas perjudiciales para esta tierra.

La victoria del PP en noviembre le ha dado un respiro en su tarea de oposición, ya que ahora en Madrid gobierna Mariano Rajoy y no Rodríguez Zapatero y los argumentos se han dado la vuelta para censurar una reforma laboral “injusta” o las medidas de recorte para cumplir los objetivos de déficit marcados por Bruselas.

López, madrileño de nacimiento y segoviano de adopción, con residencia en Riaza, llegó a Castilla y León con la ilusión de hacer las cosas de otra manera y provocar un cambio en una Comunidad con gobierno del PP desde 1987. Para sus colaboradores, cierra un periodo en el que ha modernizado el partido y ha puesto las bases para ese cambio. No es la opinión de las voces críticas surgidas en algunas provincias, aunque no se han fraguado en una candidatura alternativa a Julio Villarrubia, considerado de la línea oficial. La decepción es la palabra que sueltan cuando valoran la gestión del portavoz en las Cortes.

Con un 96,36 por ciento de votos lo elevaron a la Secretaria General los delegados en septiembre de 2008 en el XI Congreso, a los que pidió que se rebelaran y dejaran el lamento para cambiar la realidad social, en un emotivo discurso en el que presentó su “idea” de Castilla y León. A ese proyecto convocó a sus compañeros, y, parafraseando a Martin Luther King, dijo que él también tenía un “sueño”, que era el cambio en Castilla y León, el cambio hacia el progreso, el desarrollo, el bienestar, la justicia y la igualdad. “Porque los sueños se cumplen cuando merecen la pena”, afirmó entonces.

En busca de ese “sueño” ha pedaleado por Castilla y León. López se enfundó el maillot en su ‘Tour del cambio’ y recorrió en bicicleta las nueve provincias un verano, mientras que otro colocó el cartel de “abierto en vacaciones” con críticas al presidente y a los consejeros por estar ausentes. No fue su única puesta en escena novedosa. El anuncio de su candidatura a la Presidencia de la Junta, hace ahora un año, saltó a los medios nacionales. López citó al amanecer a la prensa y a sus colaboradores en una cima segoviana para mandar su mensaje las vísperas del Día de la Comunidad.

A partir del lunes se abre otra etapa en el PSOE de Castilla y León. Óscar López, secretario federal de Organización y portavoz en las Cortes, y su sustituto, previsiblemente, Julio Villarrubia, al frente del partido. De nuevo una bicefalia. Ambos ya han dejado claro que están en total sintonía. Y la Presidencia de la Junta. Ahora no toca, han afirmado los dos, aunque López mantiene abierta la puerta de 2015. El tiempo lo dirá.

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