Olivia Molina apenas necesita presentación. Nacida en una familia de artistas, lleva años trabajando para el teatro, para la televisión y para el cine. El viernes llega al Teatro Juan Bravo de la diputación para interpretar a Tristana, uno de esos personajes femeninos de Benito Pérez Galdós que hicieron del escritor uno de los mayores entendedores del universo de la mujer.
Está acostumbrada a que le lleguen papeles de todo tipo; cuando le ofrecen ser protagonista de un clásico, ¿cómo lo recibe?
Como una gran responsabilidad y a la vez un gran reto y un regalo. No por ser la protagonista, porque al final, aunque parece un tópico, en una obra cualquier personaje tiene su importancia, su labor y es esencial para contar la historia. Esa es la responsabilidad del actor; sea grande o pequeño, principal o secundario, tener la misma calidad de implicación. Pero me parecía un regalo por el personaje que era Tristana, por lo que significaba la novela y por el autor, don Benito Pérez Galdós, al que adoro y que es uno de los principales exponentes de la literatura española. Así que ha sido una aventura y un regalo poder enfrentarme a Tristana.
Hace años hizo ‘La casa de Bernarda Alba’, ¿qué tienen en común Lorca y Pérez Galdós?
(Piensa)No te sabría decir, son dos actores muy diferentes. Retratan mundos femeninos de una manera muy personal y muy necesaria. Las obras que me vienen a la mente de cada uno muestran lo que significaba ser mujer en aquellas épocas; las luchas que tenían que llevar a cabo, lo que significaba entregarse al amor, lo que significaba renunciar a los deseos propios. Lo hacían de maneras muy diferentes; son autores de diferentes épocas y diferentes circunstancias históricas, pero yo creo que los dos retratan el alma de la mujer de una manera muy interesante.
La obra de Galdós es muy extensa, pero en ella han destacado las protagonistas femeninas como Doña Perfecta, Fortunata y Jacinta, Marianela o la propia Tristana, Después de meterse en el papel de Tristana, ¿qué cree que tiene Galdós con el universo femenino?
Galdós era un representante de la novela realista del XIX. Eso quiere decir que mostraba una realidad social con una visión muy satírica y desde la denuncia. Era como un espejo y leyendo sus novelas podías ver los sufrimientos, las luces y las sombras de los personajes. Es muy interesante porque no muestra prototipos de personas; muestra personas reales, con contradicciones, con grandezas, con muchas debilidades…
Para una actriz interpretar personajes así es de una riqueza brutal. Galdós en ‘Tristana’, a través de un argumento bastante sencillo -entre comillas-, a través de cuatro personajes, muestra toda la lucha y la necesidad que tiene un ser humano de vivir, y muestra también cómo la sociedad y las etiquetas hacían imposible de desarrollar todo el potencial humano que tenía. No es una heroína al uso; es una mujer que lucha y a quien finalmente la sociedad y la vida le imponen su peso. La forma en la que esa degradación de su psique y de sus necesidades se ve en el escenario es muy potente. Y eso es de Galdós, claro.
Como mujer qué le molesta más, la idea de que su personaje tenga que acostumbrarse a la vida con Don Lope o que continúe idealizando a un Horacio que demuestra despreciar sus ideales.
Me molestan y mucho las dos cosas. Idealizar el amor es peligroso. Creo que debemos romper con la idea del amor romántico como única y final necesidad de la mujer. Creo que primero hemos de construir un sueño individual y cultivarnos y amarnos nosotras, y luego a raíz de ahí elegir. No tener como fin último el amor romántico; me parece que esto nos lo han inculcado mucho a nuestras generaciones y viene de atrás, de los cuentos de princesas… Y creo que hay que romper con ello ya.
Es muy bonito cómo lo cuenta Galdós; cómo esta mujer idealiza en exceso el amor. Es lo que le han enseñado y no le lleva a un buen lugar. Cómo se ven sus sueños rotos, cómo ella se redescubre a ella misma… También es un camino bonito.
Por otra parte, no comparto para nada tener que acostumbrase y asumir el rol de mujer que va detrás del hombre; me considero feminista en ese sentido. Pero me parece muy interesante retratar las luchas de todas las mujeres que han venido antes de nosotras y que tenían que hacer un trabajo en su pequeño mundo y decir “esto no me gusta y no lo quiero”, por muy difícil que sea tomar otro camino.
¿Tristana encajaría como icono feminista del siglo XXI?
Sí. En cuanto a luchadora y a tener unas ideas no convencionales para la época, sí. En cuanto a querer romper con lo establecido porque es injusto, también. Y al final yo creo que el feminismo es eso; la igualdad y una lucha en contra de la sociedad injusta. Eso es lo que ella quería. Lo bonito es que Tristana no levanta banderas, lo hace por derecho natural, lo siente como derecho natural. Es una cuestión de sentido común; de lo que debería ser. Ella lo vive así, pero se va dando cuenta de que no es lo que se espera de ella. Es muy bonito de hacer.
Actualmente en televisión interpreta a Vicky Herrero en ‘Amar es para siempre’, una mujer que también es una rebelde de su época, ¿qué le han visto a Olivia Molina para que le den personajes con tanto carácter?
(Risas) ¡No lo sé! Habría que preguntárselo a ellos. Yo me siento muy afortunada de poder dar voz a mujeres así; que luchan y que dicen “Hasta aquí”. En el caso de Vicky Herrero, es una mujer que se atreve a emprender un viaje de una profesión hasta el momento considerada de hombres, y que se ve acosada cuando va a un campo de fútbol. Son cosas reales que han pasado a mujeres de esa época. Cómo no es tenida en cuenta por los directores de periódicos, cómo tiene que demostrar todo el rato el doble por ser mujer… A la vez es muy interesante cómo utiliza sus armas, las dotes que la naturaleza le ha dado para sacar beneficios. Esto me parece también muy lícito; ¿por qué tengo que ser tachada ‘de’ o ponerme etiquetas? Es una mujer muy liberada para la época.
Me parece que es muy importante dar visibilidad a estas mujeres a este tipo de luchadoras; porque inspiran y obligan a hacer preguntas. Y porque está pasando hoy en día; hay una conciencia y un movimiento de empoderamiento femenino muy importante.
Le he preguntado antes por cómo recibe usted un clásico, ¿cómo considera que lo recibe el público?
Ahora tengo ya la suerte de haber viajado por toda España con ‘Tristana’; llevamos 10 meses de gira y ‘Tristana’ sorprende por la versión que han hecho Eduardo Galán y Alberto, y también por el equipo que hacemos los cuatro actores que contamos esta pequeña gran historia de personajes chiquititos. Con esto me refiero a que contamos historias íntimas que hablan de problemas universales. Y esto se recibe de una manera intensa; es como un thriller emocional. Mantiene al público atado a la historia de esta mujer, pendiente de ver si va a conseguir lo que le es lícito. Yo creo que es una historia muy potente de ver.