En el mes de diciembre del pasado año cuatro personas perdieron la vida en accidentes de carretera y 4 resultaron heridas graves en las carreteras de la región. Está demostrada la relación entre consumo de alcohol, incluso a bajas concentraciones etílicas, y la reducción de la capacidad de conducción que se refleja en el deterioro de la atención, de las funciones visual y auditiva, perturbaciones en el campo perceptivo, cansancio, somnolencia o fatiga muscular y los accidentes de circulación. Por ello durante el período de tiempo comprendido entre los días 9 y 15 de diciembre la Dirección General de Tráfico llevará a cabo una campaña especial de intensificación de pruebas de alcoholemia y drogas.
Tanto los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, como los agentes de las Policías Locales de los Ayuntamientos adscritos a la campaña aumentarán los controles sobre dicho factor de riesgo, con el objetivo de realizar unas 3.000 pruebas diarias de alcoholemia y drogas a conductores que circulen por las carreteras, con un total aproximado previsto de unas 21.000 pruebas.
Las pruebas no sólo se realizarán en horario nocturno, sino también en horas del medio día, para que los controles resulten también disuasorios de ingestión de bebidas alcohólicas durante las típicas comidas que son propias de este mes.
Según datos del Observatorio Europeo para la Seguridad Vial (ERSO), alrededor del 25% de todas las muertes en carretera en Europa están relacionadas con el alcohol, mientras que aproximadamente sólo el 1% del total de kilómetros recorridos son conducidos por personas con 0,5 g / l de alcohol en la sangre o más.
Peatones
Según datos de la citada Memoria del Instituto Nacional de Toxicología del año 2012, de los 164 peatones analizados, el 51% (84) de los peatones fallecidos presentaron resultados positivos en sangre a drogas y/o psicofármacos y/o alcohol. Como usuario de la vía que comparte con los demás el espacio público, el alcohol también supone un riesgo para los peatones ya que menor percepción o percepción equivocada de su entorno, pérdida de visión y mayor asunción de riesgos, son consecuencias que se derivan de la ingesta de alcohol, aumentado la posibilidad de sufrir un atropello. La ingesta de alcohol y/o drogas también supone un peligro como usuario de la vía pública.