En pleno proceso de declaración del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, los Montes de Valsaín llevan años enfrentándose al dilema de seguir protegidos por una ley férrea y la posibilidad de seguir cuidados con la intervención humana, que durante décadas ha demostrado ser un eficaz instrumento.

Sin embargo, cada año con la llegada del verano, se le incluye entre los bosques más vulnerables al peligro de incendios, tanto por su situación geográfica, en una ladera montañosa, como por el alto número de especies animales y vegetales que acoge.

De titularidad pública sus casi 11.000 hectáreas de extensión dan cobijo a más de 800 especies de flora y a cien especies de aves. La riqueza natural de estos Montes convive con el aprovechamiento forestal sostenible de los montes, el Aserradero y el Uso Público. Además, los Montes de Valsaín suponen un sumidero de CO2 con una fijación neta anual de 39.904 toneladas, según Javier Donés Pastor, director del Centro Montes y Aserradero de Valsaín.

Desde lo alto de la sierra en las cumbres de Peñalara o Siete Picos, hasta las zonas más bajas de los Valles de los Ríos Eresma, Acebeda y Peces, cerca de los Jardines del Real Sitio y del Pantano del Pontón Alto, la vegetación supera las 800 especies. En Valsaín se pueden encontrar más de un centenar de especies de aves nidificantes, como el buitre negro, el águila imperial, la cigüeña negra, el buitre leonado, garzas, autillos, milanos, herrerillos, o picapinos. El jabalí y el corzo junto con la ardilla, pueden ser observados con facilidad, pero el bosque también ofrece nutrias, gatos monteses, musarañas, topos y más de quince especies de murciélagos.

En zonas húmedas aparecen salamandras, tritones, ranas y sapos y en los cauces trucha, gobio, y bermejuela. En verano podremos toparnos con la víbora hocicuda, culebra de collar, lagartija serrana y lagarto verdinegro. Pero si algo da diversidad al bosque son los insectos, con mariposas tan atractivas como Parnasius apollo o Graelsia isabelae, o con insectos que llegan a suponer problemas de plagas como los barrenillos del pino entre los que destaca Ips acuminatus.

La presencia de buitre negro y águila imperial conlleva restricciones de época de corta de madera así como de ausencia de ésta en determinadas áreas alrededor de los nidos. Con este sencillo sistema Valsaín ha logrado ser una de las grandes colonias de buitre negro de la Península Ibérica y albergar tres parejas nidificantes de águila imperial.

 

Historia

La zona perteneció desde el siglo XII a la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia, pero fue Carlos III quien en 1761 los incorporó al patrimonio de la Corona, salvo algunas zonas que por la desamortización quedaron en manos privadas. Durante la Segunda República formó parte del Patrimonio de la República y en 1940 se incorporaron al Patrimonio Nacional, quien fue su propietario hasta que en 1982 la propiedad pasó al ICONA. Tras la desaparición de este organismo en 1995, la propiedad de los montes quedó en manos del Organismo Patrimonio Nacional.

Ya en torno a 1930 se quiso catalogar esta zona como tercer Parque Nacional, y desde hace años se estudia su división con distinto grado de protección para ser una zona parque natural y otra nacional, con el problema de que en su cumbre incluye una estación de esquí, la de Navacerrada, con sus correspondientes instalaciones anexas de aparcamiento, hosteleras y de remontes.

Pero si algo está creciendo en valor, es como pulmón. Situado a pocos kilómetros de la región más poblada de España, en Madrid, la gestión de estos montes tiene en cuenta también su carácter como sumidero de los montes. En el año 2003 se procedió al cálculo de las toneladas de CO2 fijadas en los montes por las dos especies principales, pino silvestre y rebollo. Se obtuvo una fijación neta anual de 39.904 toneladas.

 

Producción de 33.000 metros cúbicos de madera

La superficie de los montes se encuentra dividida en 25 cuarteles, la mayor parte de ellos destinada a producción, otros a diferentes usos y al menos uno de 813 hectáreas a protección. El método de ordenación de los cuarteles productivos es el de tramo móvil, realizándose resalveos sobre las masas de roble cuya posibilidad ronda los 500 metros cúbicos anuales y aplicándose cortas por clareos sucesivos uniformes en los cuarteles de producción de pino silvestre donde la corta asciende a 32.500 metros cúbicos. Parte de esta madera es subastada en cargadero y las mejores piezas son destinadas al Aserradero.

“El aprovechamiento forestal se compatibiliza con otros elementos que en el bosque existen. Así se establecen restricciones a las cortas por razones paisajísticas, por existencia de determinados hábitats, por dimensiones del arbolado, por motivos derivados de la orografía”, asegura el director del Centro.

La mayor parte de la madera de pino silvestre obtenida de la gestión de los montes se ha destinado tradicionalmente al Real Taller de Aserrío de Valsaín, unas instalaciones que el Real Patrimonio implantó a finales del siglo XIX. Desgraciadamente la producción de este aserradero que fue modernizado por ICONA a partir de 1983, cesó temporalmente en su actividad tras el incendio producido en día 1 de octubre de 2005. Unos años más tarde se recuperó su actividad.

A la gestión de estos montes se dedica una plantilla de 52 trabajadores, que realizan labores de señalamiento, medición, mantenimiento, transformación, vigilancia, administración y técnicos. Durante este año 2009 y financiadas por el Plan E se realizaron en los Montes de Valsaín una serie de inversiones extraordinarias por un importe de unos seis millones de euros para realizar clareos, y otras actuaciones como la recuperación del paseo de las Pesquerías Reales así como de la Casa Eraso y otros diversos vestigios del patrimonio histórico cultural.

Y es que otra faceta de gran importancia en la gestión de estos montes es el Uso Publico. Sobre su superficie discurren múltiples sendas u caminos utilizados por montañeros y excursionistas, disponiéndose de las áreas recreativas de Boca del Asno, Los Asientos y Robledo. En la primera se encuentra el Centro de Interpretación de Boca del Asno, desde el que se centraliza esta actividad en los Montes de Valsaín y que permite llevar a los visitantes el mensaje de conciliación entre uso forestal, conservación del patrimonio natural y cultural y disfrute de los usuarios, del monte y sus zonas de recreo. Desde Boca del Asno y otros lugares se proponen a los paseantes diferentes ofertas de rutas autoguiadas o guiadas durante el verano. Estas se complementan con la oferta que también se propone desde el Centro Nacional de Educación Ambiental (CENEAM).

La gestión forestal sostenible que se realiza sobre los Montes de Valsaín ha demostrado su excelente estado de conservación, por lo que participa en la incorporación de una parte de los Montes de Valsaín al esperado durante más de ochenta años, Parque Nacional del Guadarrama.

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