La consejera de Educación, Roció Lucas, contempla un inicio de curso presencial, marcado por la traquilidad, “lo más parecido a la normalidad” y en el que para los alumnos de hasta seis años -Educación Infantil y primer curso de Primaria- se constituirán como grupo estable de convivencia, con entre 22 y 25 alumnos, que no necesitarán llevar mascarillas ni guardar la distancia de seguridad, aunque no interactuarán con el resto de alumnos y, en la medida de lo posible, no compartirán espacios.
Lucas explicó que cada centro deberá nombrar a un equipo coordinador y adaptar las medidas del protocolo general a sus circunstancias en planes que deberán presentar antes del 25 de julio. Además, se contemplan medidas en el caso de que un rebrote de la pandemia vuelva a obligar a la educación a distancia, como la adquisición de 10.000 dispositivos portátiles para potenciar el préstamo a alumnos.
El protocolo, supervisado por la dirección general de Salud Pública, contempla un sinfín de indicaciones sobre el uso de espacios comunes, las entradas y salidas -que deberán ser los más escalonadas posible y utilizando todos los accesos que los centros tengan a su alcance-, la ventilación, limpieza, transporte escolar -donde no se limitará el aforo- y los comedores. En el mismo también establece que la mascarilla será obligatoria para los mayores de seis años cuando no se pueda garantizar la distancia de seguridad de metro y medio.
Planes de refuerzo y digitalización
Junto a las medidas sanitarias para evitar contagios, la Consejería de Educación también ha establecido medidas educativas como planes de refuerzo y recuperación para el alumnado con necesidades específicas y damnificados por la brecha digital. “Los planes serán objeto de evaluación continúa a lo largo del primer trimestre y versarán sobre los contenidos del curso anterior que no fueron impartidos de forma presencia”, aseguró.
Al mismo tiempo, Lucas explicó que las programaciones didácticas se elaborarán de tal forma que puedan ser adaptadas a la educación no presencial, en el caso de que un rebrote de la pandemia obligue al cierre de los colegios.
Ante la posibilidad de tener que regresar a la educación a distancia, Lucas anunció que está previsto que se refuerce la red de Escuelas Conectadas, para que todos los colegios públicos estén conectados por internet de alta capacidad, mejorar la formación del profesorado y potenciar el servicio de préstamo de dispositivos digitales.
Además, se establece que todos los centros cuenten con un aula virtual y con un plan de digitalización que recoja los medios disponibles: materiales didácticos, formación del profesorado y un registro de recursos con los cuenta el personal docente y los alumnos. También se estable que cada colegio elabore un plan de contingencia con medidas organizativas, pedagógicas y tecnológicas para el supuesto de que se suspenda la actividad docente presencial.
Ayuda a la concertada
Para la puesta en marcha de estos protocolos, la Consejería de Educación estima que necesitará reforzar las plantillas de los centros públicos con entre 550 y 600 docentes, contrataciones que se realizarán utilizando la bolsa de interinos. No obstante, Rocío Lucas también explicó que la Junta se hará cargo de las contrataciones del personal docente que necesiten los colegios concertados y recalcó que este ámbito, como en todo lo relativo a la limpieza especial de los centros y a la compra de mascarillas, la educación concertada tendrá el apoyo de la Consejería de Educación.
Por último, la consejera indicó que en el caso de las actividades extraescolares y programas como ‘Madrugadores’ las pautas por las que se guiarán los centros son las mismas.